MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El piloto catalán Isidre Esteve, del Repsol Toyota Rally Team, no esconde que arrancar el próximo 3 de enero su vigésima participación en el Rally Dakar le genera “confianza” y le da “tranquilidad”, sin miedo a perder la motivación, que sigue moviéndose por “las ganas de mejorar” y no solo de participar, en una carrera que antes era “épica” y ahora “más competitiva”.
“Correr mi Dakar número 20 me genera confianza. En motos, tuvimos el privilegio de contar con un equipo como KTM en su momento, unos años con Repsol, con opciones de ganar la carrera, incluso lideramos y como equipo conseguimos ganar. Y en coches, estoy intentando recorrer el mismo camino, todavía no hemos llegado al final, tenemos un margen de mejora, estamos en el camino correcto. Además, llega un momento de madurez a nivel personal”, expresó el ilerdense en una entrevista a Europa Press.
El piloto de La Seu d’Urgell, de 52 años, tomará la salida por vigésima ocasión en el Rally Dakar este viernes 3 de enero en Arabia Saudí, la décima en cuatro ruedas, después de otras tantas en moto, hasta que un duro accidente en marzo de 2007 en la primera prueba del Campeonato de España de Raids, que se disputó en la Baja Almanzora (Almería), que le provocó una paraplejia.
Su hambre competitivo y su amor por la velocidad y las carreras no se cortó y se lanzó a los coches y ya en la edición de 2009 compitió sobre cuatro ruedas en el exigente Dakar. Así, su experiencia personal y en el mostorsport le permiten afrontar la carrera “con tranquilidad, confianza, conociendo bien la prueba”.
Dos decenas de participaciones son muchas, pero Esteve mantiene su ilusión intacta, y la clave es “querer evolucionar, perseguir un objetivo, buscar una oportunidad para estar delante”. “Quiero volver a sentir en coches lo que sentía en motos cuando salía por la mañana en una etapa y mi ‘Team Manager’ me daba una palmada en la espalda y me decía ‘vamos Isidre que estamos aquí para estar arriba'”, confesó.
“Esa motivación es lo que me empuja a continuar, no el hecho de ir a participar, es el hecho de ir a mejorar”, reiteró el catalán, al que no le da miedo perder esa motivación, porque es de lo que está “más seguro”. “Me encanta lo que hago. Desde los 18 años no hago otra cosa que correr, mi vida son las carreras. Y aunque me hayan sucedido diferentes situaciones, sé perfectamente dónde estoy y lo que puedo hacer. Y lo único que puede hacerme mejorar es mi ambición”, defendió.
Después de superar numerosos retos, Esteve reconoce que “naturalmente, la mentalidad es importante” en las carreras, aunque al mismo nivel que “tener un buen equipo, una buena mecánica y un buen copiloto”. “El Dakar es una carrera de equilibrios, tiene que estar todo a punto, porque muchas veces da igual qué cabeza tengas si la mecánica no te acompaña, si el piloto y el copiloto no se entienden, si el copiloto no encuentra la traza…”, advirtió.
“Y hay que tener una pizca de suerte. No para que esa suerte te haga mejor, sino para que no te haga peor, que no te lastre”, reflexionó Esteve, rememorando también sus primeros Dakar en África, donde eran, “por encima de todo, una gran aventura”.
Pero el Dakar “ha evolucionado como ha evolucionado la sociedad”, sobre todo en temas de seguridad. “En África vivíamos en un momento en el que podía salir un periodista a las 10 de la noche a dar una crónica y decir en directo que habían salido 350 pilotos por la mañana y en el campamento sólo había 20, aquello era épico”, relató.
“SI CREES QUE VAS A GANAR Y NO TIENES EQUIPO PARA ESO, ES UN SUICIDIO”
“La gente desde casa diría ‘guau, el Dakar, yo quiero ir el año que viene’. Hoy en día sale un periodista por la noche y dice que hay 330 pilotos perdidos en el desierto y se colapsa el mundo, porque todo el mundo quiere saber dónde está su hijo, su pareja, su amigo. Hemos evolucionado muchísimo en seguridad, hay sistemas de evacuación, de alarma, de forma inmediata”, celebró.
En la actualidad, el Dakar de Arabia Saudí cuenta con “un terreno increíble para poder disfrutar de una carrera segura con todos los elementos”, y la mayor profesionalización de los equipos y pilotos también ha hecho crecer la competitividad. “Antes era una gran aventura y para algunos pocos era una competición”, dijo Esteve.
“Ahora continúa siendo una aventura para algunos y es una gran competición para otros. Y continúa siendo un gran evento deportivo con muchísima más competitividad que hace 30 años. ¿Por qué? Porque ahora hay más equipos, ahora hay más coches buenos, hay más motos buenas, ahora se corre más. Ahora el Dakar es mucho más complicado a nivel de navegación y de gestión de lo que era antes”, añadió.
Para el catalán, ser realista es clave en una carrera tan exigente y duro. Para él, “lo más importante es ser consciente de qué equipo dispones”. “Si no, si tú no tienes un equipo para ganar, y tú crees que vas a ganar, es un suicidio deportivo. De lo que dispones marca bastante dónde vas a estar”, advirtió.
“ESTOY COMPLETAMENTE SEGURO DE LA HABILIDAD DE TXEMA”
“Tienes que ir mejorando siempre tu habilidad para estar delante y tu equipo que te acompañe. ¿Tenemos ahora equipo para luchar por los cinco primeros? No. Pero tenemos que perseguir esto”, manifestó, antes de abordar de nuevo el deseado, pero complicado, ‘top 20’. “Los coches oficiales, teóricamente, tienen que hacerlo mejor porque tienen mejor estructura y mejor plan deportivo. Nosotros pertenecemos a un segundo grupo entre el 15 y el 25. Hacer 17, 16, 13, será un muy buen resultado. Vamos a ver si somos capaces”, señaló.
En esta edición 2025, Esteve espera un Dakar que “no sea tanto una carrera al esprint, sino que sea más de resistencia”. “Van a ser 14 días de carrera con muchísimos kilómetros, pero es verdad que la etapa de 48 horas llega en el segundo día y puede definir ciertas cosas, pero no lo creo. Aunque no sé si es lo mejor para los equipos que estrenan coche, pero no es nuestro caso”, esperó.
“El Dakar tiene una serie de dificultades. Una es la navegación la primera semana, con zonas de piedras en la parte norte, con algunas dunas, que no va a ser difícil, pero donde se rompe mucho el coche. Y tenemos la segunda semana que entramos más en la zona del ‘Empty Quarter’, cuya dificultad es la arena. Tenemos que ser conscientes de que hay que llegar cada día. Y que tenemos tiempo suficiente durante la carrera para variar la estrategia según cómo vaya yendo todo”, analizó.
Y por noveno año consecutivo estará acompañado por su copiloto, Txema Villalobos, con el que está “muy contento”. “En Marruecos, el día que abrimos etapa, lo hizo muy bien. Detrás, aquel día, salía Seth Quintero y hasta el kilómetro 170 no nos encontramos. Nos encontramos de cara en las dunas y yo le digo ‘¿seguro que vamos bien¿’. Y él me dice ‘nosotros vamos bien, no sé qué hace él, vamos bien’. Y sí, al cabo de un kilómetro saltó al punto. Estoy completamente seguro de la habilidad de Txema”, aseguró.
“Hay un grueso de la carrera con objetivos muy distintos. Y ahí va lo de que gana mucha gente en el Dakar, porque está la persona que está todo el año en la oficina, pero su afición es ir en moto o en coche y toma sus vacaciones para ir al Dakar, y su objetivo es terminar. Sí, esta persona gana. También está el semiprofesional que quiere estar dentro de los 50 primeros, el profesional que quiere ganar”, comentó sobre el espíritu de esta carrera.
Y es que el Dakar, para Esteve, es un evento que trasciende más allá de los resultados deportivos y la competición. “Cuando voy por la calle, me encuentro personas que siguen el Dakar, que para nada siguen ningún otro deporte del motor. ¿Y siguen el Dakar por ver si gana Sainz, Peterhansel, Loeb? No. Porque se identifican y empatizan con las personas que están corriendo, y creo que esto es lo que hace grande esta carrera”, concluyó.
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