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IsGlobal considera que tenemos la oportunidad de prepararnos para otra pandemia a tiempo, aunque solicita un acuerdo mundial urgente

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MADRID, 23 (EUROPA PRESS)

A pesar de la amenaza que supone que el virus de la gripe aviar H5N1, muy patogénico, pueda haber ganado la capacidad de transmitirse entre mamíferos, investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) consideran que aun “estamos a tiempo” de prepararnos para una posible pandemia mundial, si bien advierten de que es necesario que se alcance un “acuerdo pandémico” mundial de manera urgente.

En su informe ‘¿Estamos preparados para la próxima pandemia?’, las investigadoras del ISGlobal Elizabeth Diago-Navarro y Clara Marín-Carballo, advierten de que el hecho de que el virus la gripe aviar H5N1, gane capacidad de transmisión entre mamíferos “es una noticia muy preocupante, que sitúa a este virus a la cabeza de los posibles causantes de la próxima pandemia, cuando aún no hemos hecho lo suficiente para prepararnos para ella desde un punto de vista institucional, legal y financiero”.

Reconocen que “algunos países lo están haciendo mejor, pero de poco les servirá si un virus respiratorio campa a sus anchas en un país vecino o del que le llegan turistas”, por lo que reclaman . Necesitamos una “coordinación internacional efectiva” para evitar lo sucedido con la COVID-19.

Según explica, “las enfermedades infecciosas, las epidemias y las pandemias han acompañado a los seres humanos desde nuestros inicios, moldeando culturas y sociedades. Cada cierto tiempo la humanidad ha sufrido, sufre y sufrirá epidemias provocadas por distintos agentes patógenos, como la peste, la viruela, el cólera o las gripes pandémicas”.

En este sentido, apuntan que, además, “parece inevitable que surjan unas y otras en el futuro” debido a “determinados factores, como cambios ambientales amplificados por la crisis climática, cambios en el uso del suelo, interacciones con animales salvajes o la globalización, que están contribuyendo a aumentar el riesgo de que vivamos una nueva pandemia, con intervalos más cortos entre eventos de este tipo”.

Las investigadoras resaltan que la tendencia en las últimas décadas sugiere que la próxima pandemia la causará un virus para el que no exista tratamiento o vacuna efectiva todavía, y que se transmitirá de forma respiratoria, en lugar de fecal u oral como en pandemias como las del cólera o el Ébola–. “Esto se debe a que, al transmitirse de forma respiratoria, la transmisión humanohumano es más difícil de controlar, ya que no depende de las medidas higiénicas como en la ruta fecal u oral, ni de medidas que eviten la exposición a fluidos corporales como en virus transmitidos por contacto”, explican.

Dentro de los virus que podrían ser origen de una nueva pandemia citan el virus de la gripe, especialmente el H5N1; los coronavirus o uno aun desconocido que ya esté presente en una población animal salvaje pero que todavía no haya sido descubierto. En este sentido, señalan que existen proyectos para intentar mapear el viroma mundial, como el PREDICT, que identifican virus que pueden provocar una pandemia.

Ante este panorama, las investigadoras expresan cierto optimismo al señalan que “aún estamos a tiempo de reforzar nuestras capacidades de preparación y respuesta para la próxima pandemia. Todavía existen fondos, voluntad política e interés social para sacar adelante iniciativas que apuntalen la gobernanza global y la financiación estable de la preparación pandémica”, resaltan.

Entre las recomendaciones se realizan destacan la necesidad de aprobar un acuerdo pandémico de manera urgente, por el que los Estados deben estar dispuestos a ceder poder e independencia para que las resoluciones más cruciales, como la distribución equitativa de vacunas, sean vinculantes. “Si no se crean mecanismos de rendición de cuentas, los países no cederán recursos voluntariamente durante una pandemia –advierten–. El acuerdo debe incluir mecanismos que permitan el acceso libre a la información sobre patógenos y la transferencia de tecnología, así como tener en cuenta a la sociedad civil, cuyas capacidades fueron infrautilizadas durante la pandemia de COVID-19”.

Asimismo, sugieren que los recursos para la preparación y respuesta a pandemias deben ser distribuidos equitativamente entre diferentes países, no solo por una cuestión ética, sino porque la falta de preparación de unos es un riesgo para todos. Así, “el Norte Global debe apoyar la creación de capacidades para el desarrollo y producción de contramedidas médicas (como vacunas) en el Sur Global para que este no dependa de las donaciones del primero. Asimismo, deben establecerse capacidades de vigilancia epidemiológica efectiva en todos los países, creando incentivos para la declaración de nuevos patógenos o variantes de otros ya conocidos”.

Consideran que el acuerdo pandémico debe asegurar la financiación de la OMS, no solo para la respuesta a emergencias sino para garantizar el resto de sus actividades, para poder actuar como un organismo coordinador de la salud global, con cierta capacidad de mando sobre los países y mecanismos adecuados de rendición de cuentas.

Finalmente, aconsejan que las modificaciones al Reglamento Sanitario Internacional aprobadas en la 77a Asamblea Mundial de la Salud “deben ser implementadas sin dilación en el plazo aprobado”. El Independent Panel for Pandemic Preparedness and Response ha establecido una línea temporal de 12 meses, empezando desde julio de 2024, para implementar medidas que nos preparen para la próxima pandemia. “No son los únicos expertos alertando de que se nos acaba el tiempo para evitar que las pérdidas que sufrimos durante la COVID-19 se repitan. La próxima pandemia es una realidad. Lo que nos cueste depende solo de nosotros”, alertan.


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