MADRID, 29 (SERVIMEDIA)
El profesor José David Urchaga Litago, coordinador del estudio ‘Abuso Sexual contra Menores en España (prevalencia y evolución)’, pide reforzar políticas de prevención y abordaje del abuso sexual infantil en el ámbito de la familia, la educación e Internet, ambientes donde entiende que esta lacra tiene más incidencia.
Así lo indicó a Servimedia este profesor de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR), especialista en estadística, en infancia y adolescencia y miembro del equipo de Investigación Sociedad, Educación, Violencia e Infancia de la Universidad de Salamanca, que ha capitaneado una investigación sobre la materia.
En ella también han trabajado el catedrático de Sociología de la Universidad de Salamanca Fernando Gil Villa; la catedrática del Departamento de Psicología Evolutiva y Comunicación de la Universidad de Vigo Aurora García González, y la directora del máster de investigación en psicología de la UNIR, Andrea Pérez Rodríguez.
La investigación presenta, además, nuevos datos calculados por ellos mismos a partir de los microdatos de la encuesta realizada para el Defensor del Pueblo por GAD3, que no sólo ofrece datos sobre los abusos en el seno de la Iglesia católica en España, sino también en el ámbito público y familiar.
Para Urchaga, “lo ideal” es que las políticas públicas se centren en los ámbitos “más frecuentes”, dijo a Servimedia en referencia “al ámbito familiar y cercano a la familia”, lo que implica políticas de protección a las familias, haciendo hincapié en estilos de óptimos de apego seguro, que se logra con amor, confianza y límites.
En su opinión, hay que apartarse de “la sobreprotección, ya que deja al menor sin defensas y como un pequeño dictador que puede hacer lo quiera, donde impone sus normas”, también es erróneo el estilo “autoritario” y o el “conflictivo”. Son estilos que favorecen el abuso. “Hay que dar protección a las familias más vulnerables”, apostilló.
Advirtió de que uno de los elementos de riesgo son las redes sociales, “muy importante por su crecimiento” y “el que se produce en los propios ámbitos educativos (en su mayoría por otros menores) y en los ámbitos de ocio (por ejemplo, fiestas, verbenas… a los que cada vez acuden más y más jóvenes los menores)”.
Los investigadores analizaron 45 informes y estudios sobre abusos a menores publicados de forma independiente y concluyeron que esta lacra es “grave, estructural y en aumento”. Estimaron que en España cada año hay unos 65.000 menores que sufren abuso sexual infantil y advirtieron de nuevas formas, que los menores son también abusadores y que la lacra no se circunscriben a ningún grupo social concreto.
CAER EN EL ERROR
“Creemos que el informe del Defensor del Pueblo, que es muy bueno, debe servir para que no se debata solo el abuso dentro de la Iglesia, ya que en tal caso se dejaría de abordar el resto de las víctimas, que son una gran mayoría. Además, el abuso en la Iglesia, siguiendo el propio informe, tiene unas características muy peculiares, por ejemplo, en general han sido varones quienes lo han sufrido, el abuso en la Iglesia está bajando, ya que se dio mayoritariamente en los años 50-70, mientras que en la sociedad está aumentando. Es decir, si nos centramos solo en el abuso dentro de la Iglesia podemos caer en el error de que es cosa del pasado, y que solo lo sufren los hombres”, argumentó el profesor.
Según la encuesta de GAD3 para el informe sobre abusos en el seno de la Iglesia del Defensor del Pueblo, los casos se dan en más del 34% del total en el ámbito familiar, y en el 9,6%, en la educación pública y después el 7% en el ámbito laboral. “Muchos estudios defienden que hay que educar en los diferentes ámbitos en conocer qué es, reconocerlo cuando se dé, saber responder ante el mismo; y restituir a la víctima”, remarcó Urchaga.
Para el investigador, en el ámbito familiar urge implementar “políticas de protección a la familia (por ejemplo, disminuir la vulnerabilidad), de sensibilización (que sepan la gravedad del problema, por su prevalencia, pues aproximadamente una de cada cuatro niñas lo va a sufrir, y por sus consecuencias psicológicas, sociales…)”. “Un ejemplo muy bueno, es la campaña actual del Gobierno dirigida a los padres sobre el acceso a la pornografía, ya que está demostrado que se relaciona con el aumento del abuso”, expuso.
En el ámbito educativo, continuó el estudioso, hay que hacerlo formando a las escolares y a todo el personal del centro y estableciendo protocolos eficaces. “Tengo conocimiento de que los de la Iglesia, en gran medida por la presión social, los ha llevado a cabo y son muy rigurosos, estableciéndolos en todos los ámbitos: escolar, parroquial, tiempo libre…”.
Además de trazar políticas y protocolos y ejecutarlos, el ámbito académico continúa analizando esta problemática. De hecho, reconoció José David Urchaga a Servimedia, los investigadores están interesado en profundizar el tema del acoso, “en relación con el consumo de alcohol y ocio; así como el relacionado entre los propios menores que en gran medida se relaciona con el consumo de pornografía, acceso a las redes sociales, las relaciones sexuales cada vez se dan a menor edad, y no tener claros los límites”.
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