MADRID, 12 (SERVIMEDIA)
Un equipo de científicos del Laboratorio de Fotobiología y Bioelectromagnetismo del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, junto con personal investigador de su Instituto de Investigación Sanitaria (Irycis), han logrado estimular células madre humanas.
Este hallazgo ha sido posible gracias al proyecto ‘Respuesta celular a tratamientos con corrientes CRET de Indiba en procesos de regeneración tisular’, que ha utilizado dispositivos de radiofrecuencia de Indiba en tejidos lesionados, lo que “favorece la proliferación y migración de queratinocitos y fibroblastos”, células relevantes implicadas en la regeneración de la piel.
Según la doctora María Luisa Hernández-Bule, actual directora del proyecto, la investigación permite “mejorar muy notablemente la piel de pacientes con patologías que impiden una normal cicatrización de heridas”, como pie diabético, patología vascular o de aquellos con cáncer, sometidos a radiación o mastectomía, entre otros. Añadió que dicha terapia “ayudará física y psicológicamente en la evolución de la enfermedad en una fase crítica”.
“Se ha conseguido en una fase crucial en la regeneración de tejidos la proliferación de células madre mesenquimales. Dichas células están presentes en casi todos los tejidos adultos y son capaces de generar distintos tipos celulares de tejidos diana”, explicaron los autores de la investigación.
Además, participan en las tres fases de regeneración de heridas: inflamatoria, proliferativa y de remodelación. Estas células están implicadas en la formación de nuevos vasos y matriz extracelular, median en la proliferación y diferenciación celular, normalizan la inflamación y promueven la cicatrización de heridas mediante la secreción de múltiples factores de crecimiento.
TERAPIA CRET
Por otra parte, la estimulación con esta terapia CRET también ha conseguido la “proliferación y migración de fibroblastos que son procesos cruciales en la regeneración de la piel, y permiten la fibroplasia y la síntesis de la matriz extracelular llamada tejido de granulación, compuesta principalmente por fibronectina, colágeno y ácido hialurónico”.
En el siguiente paso de la investigación, “se ha demostrado que la tecnología CRET favorece la proliferación de los queratinocitos epidérmicos”, mientras que ralentiza su migración.
Estos estudios han mostrado que CRET “favorece la cicatrización correcta de las heridas, al promover el cierre de capas externas del tejido epidérmico sólo después de que se haya formado el tejido de granulación dérmico”. Así se “se evita” la cronificación de la herida o su cicatrización anormal propia de ulceraciones cutáneas asociadas a isquemia, inflamación prolongada, necrosis por presión, infecciones o tumores.
ESTIMULACIÓN SIN QUEMADURAS
A diferencia de otras terapias térmicas, CRET no induce efectos secundarios como edemas, ni quemaduras dérmicas o epidérmicas, según los expertos.
Los estudios clínicos han demostrado que la aceleración de la recuperación en lesiones en pacientes con cáncer provocada por CRET implica una reducción general de la extensión del área dañada, junto con procesos antiinflamatorios, analgesia y recuperación de la función muscular.
También se ha confirmado que la estimulación repetida con pulsos cortos de 448 kHz, corrientes CRET, “promueve la proliferación de células madre derivadas del tejido adiposo”.
Del mismo modo, los expertos confirmaron que “una exposición intermitente de 48 horas a la densidad de corriente subtérmica cambió significativamente la proliferación en queratinocitos o fibroblastos neonatales, acelerando el cierre de las heridas”.
La investigación ha sido desarrollada por un equipo de investigadores vinculados a varios servicios: la pediatra Almudena Cecilia, el doctor Sergio Gordillo y el enfermero Mariano Bermejo del servicio de Angiología y Cirugía Vascular; la doctora Montserrat Fernández Guarino, del servicio de Dermatología; la doctora María Luisa Hernández Bule; la doctora Mª Antonia Martínez Pascual; y las técnicos de Laboratorio del Fotobiología y Bioelectromagnetismo, Elena Toledano y Rosa Jara. El equipo fue dirigido inicialmente por el doctor Alejandro Úbeda-Maeso.
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