MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
Investigadores del Instituto Nacional de Alimentación de la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU) han mapeado ahora en qué lugares del mundo es mayor la aparición de genes de resistencia a los antibióticos, cómo se localizan y en qué tipos de bacterias se encuentran.
Lo han creado mediante el análisis de las muestras de aguas residuales recibidas por DTU de 243 ciudades de 101 países entre 2016 y 2019. Los resultados del nuevo estudio metagenómico –que acaban de publicarse en ‘Nature Communications’– han sorprendido a los investigadores. De hecho, el mapa muestra que los genes han aparecido en muchos contextos genéticos y tipos de bacterias diferentes, lo que indica una mayor transmisión de lo que los investigadores esperaban.
“Hemos encontrado genes de resistencia similares en tipos de bacterias muy diferentes. Nos parece preocupante cuando los genes pueden pasar de un grupo muy amplio de bacterias a otro completamente diferente con el que no hay ningún parecido. Es raro que estas transmisiones de genes se produzcan a distancias tan largas. Es un poco como si especies animales muy diferentes tuvieran descendencia”, explica el profesor adjunto Patrick Munk.
Si los genes se encuentran en bacterias que no suelen enfermar a la gente –como las bacterias del ácido láctico– es menos preocupante. Sin embargo, si los genes de resistencia se encuentran en bacterias importantes para la salud humana, como la salmonela, la historia es completamente diferente.
“Esto hace que sea mucho más probable que las bacterias maten a la gente, por ejemplo en un hospital, porque no hay tratamiento disponible”, subraya Munk.
PUNTOS CALIENTES DE TRANSMISIÓN DE GENES DE RESISTENCIA
En diferentes lugares del África subsahariana, los investigadores han encontrado el mismo gen de resistencia en varias bacterias diferentes. “Interpretamos que esto significa que podemos estar bastante cerca de un punto caliente de transmisión, donde hay una transmisión del gen de una a otra a una tercera bacteria. Por eso vemos el gen en tantos contextos diferentes precisamente ahí”, explica Munk.
Añade que muchas de las transmisiones sorprendentes parecen producirse en el África subsahariana. También son los países con los programas menos desarrollados de control de la resistencia, lo que significa que hay muy pocos datos sobre la situación de la resistencia.
“Nos arriesgamos a pasar por alto tendencias importantes porque no tenemos datos”, sugiere, y subraya que lo que se necesita son datos sólidos para desarrollar estrategias eficaces de lucha contra la resistencia.
“Ahora mismo, tenemos un gran conocimiento sobre cómo se comporta la resistencia en Occidente y, basándonos en ese conocimiento, planificamos cómo combatirla. Ahora resulta que si observamos algunos lugares nuevos, los genes de la resistencia pueden comportarse de manera muy diferente, probablemente porque tienen condiciones de transmisión más favorables. Por lo tanto, la forma de combatir la resistencia también debe ajustarse y adaptarse a las condiciones locales”, apunta Munk.
EL SUCESOR
El proyecto global de aguas residuales –que cuenta con el apoyo de la Fundación Novo Nordisk y el proyecto de investigación VEO– concluye en 2023. Los investigadores consideran que ha demostrado ser un buen complemento a las iniciativas de seguimiento existentes, que operan principalmente a nivel nacional o regional y miden la resistencia en las bacterias de los enfermos.
Por ello, esperan que aparezca un sucesor del proyecto, para que el mundo pueda seguir beneficiándose de los importantes conocimientos generados por el programa de vigilancia. Esto también se aplica a los países que cuentan con sólidos programas de vigilancia y estrategias de control.
“Hay muchas analogías con el cambio climático, donde lo que ocurre en el otro lado del globo no deja de ser importante para ti. Un día u otro, el problema se volverá contra nosotros, como hemos visto una y otra vez”, subraya Munk.
El análisis genómico de las aguas residuales es rápido y bastante barato en relación con el número de personas que puede abarcar. Los análisis de aguas residuales no requieren aprobación ética, ya que el material de la muestra no puede vincularse a individuos.
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