Un informe de McKinsey recomienda elevar la inversión en máquinas y equipamiento y en ‘software’ e I+D en España y Europa
MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
El aumento de la inversión es clave para impulsar el crecimiento de la productividad tanto a nivel mundial como en España, donde ha aumentado un 0,4% desde 2012, frente a una media del 0,5% en el resto de grandes economías europeas y un 1% en Estados Unidos.
Así lo refleja en el McKinsey Global Institute (MGI) en el informe ‘Invertir en el crecimiento de la productividad’, que analiza la evolución de la productividad en 125 economías durante los últimos 25 años y las perspectivas futuras.
El documento indica que Alemania, Francia, Reino Unido y Estados Unidos registraron incrementos de la productividad más elevados antes de la crisis financiera de 2008 y se hundieron después, mientras que en España el crecimiento ha sido sostenido durante un cuarto de siglo y solo en Italia ha sido menor.
En España, en particular, el estudio destaca que el crecimiento de la economía está siendo “más robusto” que en Europa y se prevé que lo siga siendo en el próximo año, impulsado por el consumo, las exportaciones de servicios y la inmigración, pero el crecimiento de la inversión y la productividad, que son las bases de un crecimiento elevado y sostenible a largo plazo, siguen “estancados”.
Marc Canal, investigador senior del MGI y uno de los autores del informe, ha incidido en que Europa y España “necesitan acelerar el crecimiento de la productividad” y que eso requiere “aumentar su nivel de inversión, particularmente en capital productivo tangible, como máquinas o equipamiento, e intangible, como software e I+D”. Además, se necesitan “un entorno regulatorio propicio y estable y un capital humano que permita aprovechar todo su potencial”, ha añadido.
SITUACIÓN DE ESTANCAMIENTO EN MUCHOS PAÍSES
Según el MGI, la productividad en el mundo ha aumentado de forma “notable” en las últimas décadas, pero esta tendencia “se ha estancado en gran medida” desde la crisis de 2008.
A pesar de que treinta países que concentran unos 3.600 millones de habitantes (incluidos China, India, buena parte de Europa Central y del Este, y múltiples economías emergentes de Asia) “se han situado en el carril rápido de convergencia con las economías avanzadas, muchas economías se han estancado”, señala.
Según los datos del informe, aproximadamente 1.400 millones de personas que viven en economías emergentes –mayoritariamente en África y Latinoamérica– se han quedado rezagadas, sin converger hacia niveles de productividad más altos, mientras que las economías avanzadas también han experimentado una desaceleración significativa, por debajo del 1% anual desde la crisis de 2008.
Marc Canal ha afirmado que, “hoy más que nunca, el mundo y España necesitan acelerar el crecimiento de la productividad”. “Es la única forma de continuar mejorando las condiciones de vida de los ciudadanos en una sociedad que envejece, cadenas de valor que se fragmentan, un entorno macroeconómico complejo y la necesaria transición energética”, ha subrayado.
En el informe se incide en la inversión como pieza central del crecimiento de la productividad. Alejandro Beltrán, socio senior de McKinsey & Company, ha explicado que en la mayoría de las regiones y países, los aumentos del capital por trabajador explican entre el 70% y el 80% del crecimiento general de la productividad, pero en la última década, la inversión –y, por tanto, la acumulación de capital por trabajador– en las economías avanzadas ha sido muy baja.
Según Beltrán, España no es una excepción. “Antes de la crisis financiera global, la inversión fue elevada, pero concentrada en el sector de la construcción, que no contribuyó a elevar la productividad”, y “tras la crisis financiera, la inversión se desplomó y no se ha recuperado”, ha comentado.
APROVECHAR LA DIGITALIZACIÓN Y LA IA
En cuanto a las acciones clave para impulsar el incremento de la productividad en las economías emergentes, el informe menciona varias, basándose en los factores del éxito de países como China e India. Estas acciones incluyen aumentar la inversión en capital, promover la urbanización efectiva y el crecimiento del tamaño y productividad del sector de servicios, así como mejorar la sofisticación y la interconexión global del sector manufacturero.
En el caso de las economías avanzadas, McKinsey sostiene que deben reacelerar su inversión, que se encuentra en niveles muy bajos desde 2008, y capturar la oportunidad que ofrecen la digitalización y otras nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial (IA).
El informe destaca el ejemplo de Estados Unidos que, con un entorno macroeconómico y un mercado laboral más tensionados, parece estar elevando la inversión y el crecimiento de la productividad en los últimos trimestres. La inversión en tecnología, incluyendo en IA generativa, también se ha elevado sustancialmente: las cinco mayores empresas tecnológicas invirtieron 350.000 millones en investigación y desarrollo (I+D) y capital en 2022.
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