MADRID, 15 (SERVIMEDIA)
Marta Bustos Góngora tuvo un accidente doméstico, mientras fabricaba jabón hace tres años, que le cambió la vida. Se quedó ciega, y al año y un mes del accidente recuperó la visión del ojo derecho. A raíz de ahí, mucha gente la conoció y se hizo viral. Ahora, además de dar clases de inglés, escribir y ser conferenciante, es ‘influencer’ y va a empezar la carrera de Filosofía.
Si la historia de Marta se pudiera contar con una canción sería la de ‘Qué bello es vivir’ de El Kanka. Ella reconoce que es una de sus favoritas, afirmó en declaraciones a Servimedia. Se define como “una persona normal y corriente”, pero la realidad no muestra eso.
La vida de Marta, nacida en Tarrasa en 1995, no tiene nada que ver con la que tenía hace tres años y medio. El camino recorrido en este tiempo no ha sido fácil, pero el optimismo que la ‘influencer’ desprende atrapó la atención de más de 260.000 seguidores en Instagram y 221.000 en TikTok, incluso la reina Letizia llegó a pedirle una dedicaoria de su libro ‘Cuando perdí mis ojos marrones’.
@stuntmanmarta_ Mirad el otro día a quién me encontré en un evento. Le ofrecí mi libro y me pidió que lo firmara. La reina lo tiene… ¿y tú todavía no ? #cuandoperdimisojosmarrones disponible en el link de mi bio y en todas las librerías. Os espero en la feria del libro de Madrid este sábado a las 11:45 en la caseta Lunwerg para firmarlo también para vosotros🤍 @PlanetadeLibros.com #reinaletizia #regaloparalareina #surrealista #feriadellibromadrid #lentejas ♬ sonido original – Marta Bustos Gongora
“El encuentro con la reina Letizia fue ‘marciano’ y gracioso, porque la vi en el cóctel de un evento, yo llevaba un libro en el bolso, me acerqué a ella y le dije que tenía un ejemplar. Entonces, ella me pidió que se lo firmara”, señaló la influencer. “En la dedicatoria de entrada le puse, ‘para Letizia’, pero mi representante me dijo que pusiera ‘para su majestad, Letizia’, lo cambié, pero después me arrepentí”.
La escritora de 28 años desde el minuto uno de la tragedia decidió que su posición iba a ser la de luchar y no tirar la toalla. Estaba haciendo la segunda tanda de jabón del día y le salpicó sosa caustica a la cara. Se quedó ciega de inmediato y perdió el olfato dos meses. “En aquel momento vivía en Estados Unidos, en Seattle, y allí daban por perdida mi visión, tuve una experiencia horrible en el hospital de aquel país”, explicó.
El accidente sucedió en 2020, en plena pandemia. Ella comenzó un periplo con la sanidad americana. “Una sanidad en la que llamar a una ambulancia pueden ser 5.000 dólares y en la que el trato con el paciente es mucho más distante”, explicó Bustos.
VÍDEO PARA REDES SOCIALES
Ante esa situación, la madre de Marta le aconsejó hacer un vídeo para redes sociales pidiendo a la gente una donación. La sociedad respondió muy bien, ya que consiguió la financiación necesaria para los tratamientos. A raíz de ahí mucha gente la siguió en redes y los seguidores fueron creciendo.
El testimonio de Marta refleja su nueva vida con discapacidad, ella afirma que “el mundo no está hecho para personas con discapacidad, pero estamos avanzando muchísimo”. Esto se ve también en sus redes sociales, donde afronta, en su día a día, la vida con muchísima vitalidad.
El lema de su perfil de Instagram es “no es por arruinarte el día, pero todo va a salir bien”. Este enunciado que refleja su propia filosofía, y que curiosamente es lo que tenía puesto antes del accidente. Reconoce que el “ay, pobrecita” le fastidia mucho porque “es una manera de juzgar sin tener ni idea, porque no sabes por lo que está pasando cada persona”.
SU RED DE PERSONAS
La frase de ‘El Principito’ “lo esencial es invisible a los ojos” pudo reflejar la situación de la ‘influencer’, ella se apoyó en su red de personas cuando no veía, en su pareja, familia y amigos. Bustos expuso que “las relaciones humanas son lo más importante en la vida”. El importuno le dejó muchos aprendizajes, pero el que más caló en ella fue que no hay que conformarse con un no. “Busca siempre otras opciones”, comentó en la entrevista a Servimedia.
Tuvo que aprender a hacer todo lo del día a día sin ver. Cuando recuperó la visión del ojo derecho reconoció que “fue el día más feliz” de su vida. “No pensé nada, solo sentía, fue una sensación de euforia”.
Si la de Tarrasa tuviera que elegir una flor, escogería un girasol, porque “dicen que en días grises se miran entre ellos”. Todos podemos estar en situaciones que nunca imaginaríamos por eso Marta Bustos recomienda “ser muy empático, compasivo, y no juzgar a las personas”.
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