El pentacampeón del Tour, embajador de Sports Santander, confía en hallar el ‘gancho’ para el aficionado en el año ‘posValverde’
O BARCO DE VALDEORRAS (ORENSE), 28 (EUROPA PRESS)
El exciclista Miguel Indurain, pentacampeón del Tour de Francia, afirmó que 2023 será el año “de buscar el referente” del ciclismo español después del vacío dejado por la retirada del líder del Movistar Team Alejandro Valverde, y pronosticó un curso “peleado” entre Jonas Vingegaard, Primoz Roglic, Tadej Pogacar y Remco Evenepoel por el cetro mundial.
Casi tres décadas después de su último Tour, el de 1995, Miguel Indurain, actualmente embajador de Sports Santander, deja en torno a sus 188 centímetros una estela de admiración. Pasó, de nuevo, tras recorrer junto a un grupo de periodistas, invitados y empleados del banco los últimos 68 kilómetros de la tercera etapa de O Gran Camiño.
Era su segunda presencia en la ronda gallega, patrocinada por Banco Santander, aunque el buen tiempo del pasado año dejó paso al aguanieve, el viento y los charcos en la ruta que anticiparon el pasado sábado la borrasca ‘Juliette’ que ha convertido esta semana en un manto blanco la Península Ibérica.
A pesar de nacer en Villava, a 4,5 kilómetros de Pamplona y sus sanfermines, al pentacampeón del Tour nunca le fue bien con el frío. “Muscularmente el frío no me va. A mí, el calorcito, porque el frío me bloquea. Tuve lesiones como profesional. Nunca me ha gustado, y en alguna Vuelta al País Vasco me obligó a retirarme”, indicó en declaraciones a Europa Press.
Rescató el campeón navarro estos recuerdos de la memoria en la plaza del Ayuntamiento de O Barco de Valdeorras, villa orensana de paso horas después del pelotón de O Gran Camiño liderado por el flamante ganador del Tour, Jonas Vingegaard, quien se exhibió a temprana hora de la tarde en los rampones del 22 por ciento del Parque Natural da Enciña da Lastra, en Rubiá.
“El ciclismo es un deporte bonito por el paisaje, pero te enfrentas a los extremos del calor o el frío. Es una pena el tiempo que ha hecho, pero la organización se ha adaptado y ha reaccionado modificando hábilmente el recorrido”, apuntó acerca de los cambios provocados por el temporal de nieve y ventisca que descartaron el tramo final de la primera jornada o la ascensión a ‘Santa Mariña’ de la penúltima.
“TODO DEPORTE NECESITA UN ÍDOLO”
A falta de ese ídolo nacional que ser venerado por el aficionado, Indurain ejerce como Embajador de Santander Sports y de un ciclismo español ‘huérfano’. “La gente que no es muy seguidora del ciclismo no tiene una referencia. El que sí lo es sigue a todo el pelotón. Va a ser un año de buscar esa figura. Todo deporte, no solo el ciclismo, necesita de un ídolo que enganche al aficionado y este año intentaremos buscarlo. Hay jóvenes valores”, confió.
Al mencionarle al ‘movistar’ Enric Mas, Indurain corrige con una sentencia lapidaria. “Han empezado fuertes todos. Acabaron fuertes y siguen fuertes. Este invierno no se han descuidado y los buenos siguen peleando por las victorias. Están saliendo muchos: están los ‘top’ de Pogacar, Vingegaard, Evenepoel, Roglic … Cada año siempre sale alguno, aunque hay gente que, como a mí, les cuesta más ‘madurar’. Con 25, 26 años empecé a hacer cosas”, dijo humilde.
A su juicio, va a ser un “año peleado”, en el que habrá hueco para el éxito para los especialistas en las clásicas de primavera como Van Aert o Van der Poel, y para Vingegaard, Pogacar, el campeón del mundo Evenepoel y el colombiano Egan Bernal, “si se recupera” (de las secuelas de su grave accidente). “Va a haber un grupito de cinco-diez corredores con buen nivel”, auguró.
El sol ha ganado ya el pulso al aguanieve del amanecer, y lejos queda ya la ruta de Indurain junto al pelotón de invitados de Banco Santander por los alrededores de O Barco, cerca de la blanca ‘Santa Mariña’ y atravesando aldeas en el que los carteles recuerdan el incendio que asoló en abril de 2021 el Parque da Enciña.
De ese mismo color negro tizón del monte devastado por las llamas es la ruta que serpentea en los dos kilómetros finales de la tercera etapa de ‘O Gran Camiño nevado’, la que escalaron Indurain y su pelotón hasta el cielo de Rubiá. A ambos flancos, apostados aficionados y caravanas que ofrecen agua y bocatas de parrilla admirando al gran ‘Miguelón’.
Idéntico paisaje lunar ennegrecido, caminos duros jalonados de una miríada de piedras -tantas como estrellas se observan en el cielo del desierto norteafricano-, se encontrará el embajador de Sports Santander en la Titan Desert, el ‘dakar en bici de montaña’, que afrontará entre finales de abril y principios de mayo.
Será su debú en la Titán en Marruecos, después de haberla disputado en otro desierto, el de Almería. Una empresa de Pamplona, Saltoki Home, quiso premiar a sus trabajadores e Indurain integrará un equipo compuesto por electricistas, fontaneros y aficionados de la aventura y el ‘mountain bike’.
“¿El objetivo? Voy a llegar. No conozco Marruecos, no he ido nunca, y quiero dejarme llegar. Me han dicho que merece la pena y voy a seguir disfrutando de la bici. Tenemos a corredores en el equipo como el ganador del año pasado, el suizo Konny Looser, que van a luchar por la victoria. Yo, a hacer bulto”, dijo el mejor ciclista español de la historia.
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