MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
El ex primer ministro paquistaní Imran Jan, que se encuentra en prisión en relación con otro de los casos abiertos en su contra, ha denunciado este lunes durante una vista judicial las malas condiciones a las que es sometido en la cárcel de Adiala, que se encuentra en la ciudad de Rawalpindi.
Uno de sus abogados, Salman Safdar, ha indicado que Jan solicita “ser tratado como cualquier otro preso” después de afirmar que se encuentra en una celda en la que “es difícil vivir, moverse y caminar”.
Así, ha indicado que el exmandatario tiene “la tensión alta” y ha pedido que el juicio se lleve a cabo de forma pública para que la población “sea consciente de lo que pasa”. “No tienen derecho a celebrar el juicio en prisión”, ha recalcado, según informaciones de la cadena de televisión Geo TV.
Tanto Jan como exministro de Exteriores Shah Mahmud Qureishi han participado en la vista judicial desde una celda situada ante el tribunal. “Ni siquiera los terroristas son presentados de esta manera”, ha manifestado Afzal Marwat, que también forma parte del equipo legal de Jan.
Marwat ha criticado además la “actitud del juez” al que ha acusado de adoptar una postura “de confrontación” durante toda la vista judicial. Un tribunal de Pakistán dictaminó a finales de agosto que Jan permanecería en prisión hasta el 13 de septiembre a pesar de que un juez había suspendido la condena por corrupción impuesta por la venta ilegal de regalos recibidos cuando era jefe de Gobierno.
Jan fue condenado el 5 de agosto, una decisión que implicaba que no podría presentarse a unas elecciones generales durante un periodo de cinco años, si bien el Tribunal Supremo paquistaní reconoció “defectos de procedimiento” en la sentencia.
La sentencia emitida entonces derivaba de las acusaciones contra Jan por la venta de regalos al Estado por parte de mandatarios internacionales. Entre los obsequios que Jan recibió mientras ocupaba la Jefatura de Gobierno se encontraba un rifle AK-47 bañado en oro, joyas, diamantes y relojes, así como gemelos de lujo entregados por gobernantes de lo países más ricos del golfo Pérsico.
Según la legislación paquistaní, Jan estaba obligado a entregar estos obsequios al Estado. Sin embargo, el ex primer ministro los vendió en la ciudad emiratí de Dubái y nunca llegó a declarar los beneficios en su patrimonio, si bien el ahora líder opositor rechaza estas acusaciones.
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