MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
Un nuevo enfrentamiento entre fuerzas del movimiento fundamentalista afgano talibán y guardias fronterizos iraníes en la frontera entre ambos países se ha saldado al menos con dos fallecidos, uno por cada bando, en un nuevo episodio de tensión entre ambos países acentuado por una disputa de los derechos del agua.
El enfrentamiento ha tenido lugar en torno al mediodía de este sábado en Makki, entre la provincia suroriental afgana de Nimruz y la provincia iraní de Sistán y Baluchistán, y ha involucrado disparos de artillería y armas ligeras, según la agencia semioficial de noticias iraní Tasnim.
El Ministerio del Interior talibán ha confirmado el enfrentamiento e informado de la cifra provisional de fallecidos a través de su portavoz Abdul Nafi Takur, que ha acusado a las fuerzas iraníes de iniciar las hostilidades, ahora finalizadas.
Por contra, responsables de seguridad iraníes, en declaraciones a la agencia semioficial ISNA, acusaron a los fundamentalistas talibán de lanzar primero el ataque “sin considerar y observar las leyes internacionales y buena vecindad”.
“Se enfatiza que las fuerzas fronterizas de la República Islámica de Irán responderán resueltamente a cualquier violación y agresión fronteriza, y los actuales gobernantes de Afganistán deben rendir cuentas por sus acciones irreflexivas que son contrarias a los principios internacionales”, añaden los responsables iraníes.
Por su parte, el portavoz talibán, en declaraciones recogidas por la cadena afgana Ariana, ha asegurado que la situación ahora está bajo control y remarcado que el Emirato Islámico (los talibán) no tienen intención de “pelear con sus vecinos”.
Tras el final de los enfrenamientos, representantes de la guardia fronteriza y de los talibán han convocado una reunión de emergencia “para investigar las causas de la tensión”, según la agencia iraní.
Los enfrentamientos han coincidido durante una reunión del ministro talibán de Exteriores, Amir Jan Muttaqi, con el embajador iraní en Kabul, Hasán Kazemi Qomi, en medio de crecientes tensiones entre los dos países por los derechos de agua, concretamente en torno al agua del río Helmand, también conocido como Hirmand.
Las autoridades iraníes llevan años acusando a Afganistán de limitar el flujo de agua a través de la construcción de presas y han argumentado que esto viola un acuerdo de 1973 en el que Kabul se comprometió a que una media de 820 millones de toneladas métricas de agua desembocaran en Irán.
A ello se suman años de denuncias de las autoridades afganas, tanto talibán como civiles, contra el maltrato del que son objeto presos y refugiados afganos en Irán. El año pasado, cabe recordar, los talibán presentaron una queja formal ante el Gobierno iraní tras la publicación de una serie de vídeos en los que aparecían grupos de jóvenes iraníes mientras propinaban palizas a refugiados.
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