MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
La ONG Human Right Watch (HRW) ha asegurado este miércoles que las poblaciones vulnerables de Kazajistán no pueden garantizar sus derechos sociales y económicos básicos, y ha instado al Gobierno kazajo a promover cambios en los programas de ayuda para garantizar protección adecuada a cientos de miles de personas rebajando los requisitos para solicitarlos.
La organización ha sostenido en un comunicado que casi un millón de personas reciben ayuda del principal programa de asistencia social de Kazajistán, Asistencia Social Específica (TSA). No obstante, ha recalcado que el programa no protege a muchas personas que necesitan asistencia por la rigidez de los criterios de elegibilidad.
“El Gobierno debe hacer cambios en el programa para eliminar los errores en la determinación de la elegibilidad y las barreras arbitrarias que dejan fuera a las personas calificadas y aumentar el monto de los beneficios para garantizar que las personas tengan la protección adecuada de sus derechos económicos básicos”, ha explicado HRW.
“Un país relativamente próspero como Kazajistán debería poder intensificar y cumplir con sus obligaciones de Derechos Humanos para garantizar que todos tengan acceso a una seguridad social que ofrezca un nivel de vida adecuado”, ha expresado el director de Derechos Humanos para Europa y Asia Central de la ONG, Hugh Williamson.
Después de entrevistar a 17 mujeres que habían buscado o recibido ayuda a través del programa, HRW ha concluido que los pagos les ayudan a cubrir solo “una parte de las necesidades básicas de sus familias” y que tienen que buscar apoyo de otras fuentes, incluidas organizaciones benéficas y ayuda de mezquitas o familiares.
No obstante, y aunque las ayudas no sean suficientes para cubrir todos los gastos de una unidad familiar, la organización ha remachado que toda persona tiene derecho a acceder a la seguridad social. En Kazajistán, sin embargo, existen varias barreras que impiden que las personas disfruten de su derecho a la seguridad social.
Una de ellas es el estigma de recibir asistencia social, un hecho que prevalece la narrativa de que las personas deben estar agradecidas por lo que reciben. Las personas que reciben TSA a menudo son culpadas por depender de la asistencia y acusadas de no querer trabajar o empeorar su situación para calificar.
Otro escollo es el requisito de que los solicitantes y sus familiares posean un registro de residencia para un lugar de residencia permanente o temporal para cada miembro de la familia. Las personas entrevistadas han explicado que el registro es particularmente difícil para las familias numerosas. Muchos propietarios no desean alquilar su propiedad a familias numerosas e incluso, si lo hacen, a menudo se niegan a proporcionar el registro, ya que lo ven como una carga innecesaria.
Otras barreras incluyen pruebas documentadas de umbrales de ingresos y requisitos de empleo formal. La cantidad de asistencia que recibe una familia depende del ingreso familiar total, que puede incluir los ingresos de los miembros de la familia extensa que no están disponibles para el solicitante y otros tipos de asistencia social.
Estos rígidos criterios de elegibilidad no solo impiden que las familias obtengan asistencia en efectivo para ayudar con las necesidades diarias, sino que también impiden que las personas en situaciones vulnerables tengan acceso a otros servicios gubernamentales, como apoyo para niños en edad escolar y actividades extracurriculares, según HRW.
“Para cumplir con sus obligaciones internacionales de Derechos Humanos, el Gobierno debe revisar el proceso de solicitud de TSA para agilizar el procedimiento, eliminar o modificar el requisito de registro de residencia y revisar el sistema de cálculo de ingresos”, ha destacado la ONG.
“Kazajistán, que aspira a ser un actor económico mundial, necesita reformar su sistema de protección social para garantizar que se protejan los derechos básicos de las personas vulnerables”, ha expresado Williamson.
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