La ONG informa de que los militares les amenazan con violencia o les hacen “falsas promesas” sobre la concesión de la ciudadanía
MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
La ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este martes el secuestro y el posterior reclutamiento forzoso de más de 1.000 individuos pertenecientes a la minoría rohingya por parte de la junta militar birmana desde febrero a pesar de no tener la ciudadanía del país.
“Es atroz ver cómo el Ejército de Birmania, que ha cometido atrocidades contra los rohingya durante décadas al tiempo que les negaba la ciudadanía, los obliga ahora a luchar en su nombre. La junta debe poner fin de inmediato a este reclutamiento forzoso y permitir que los rohingya reclutados ilegalmente regresen a sus hogares”, ha declarado la investigadora para Asia de HRW Shayna Bauchner.
La ONG ha documentado hasta once de estos casos a través de numerosas entrevistas con locales, quienes han descrito palizas, redadas nocturnas, “falsas promesas” de entregar la ciudadanía, amenazas de palizas y castigos para sus familiares, detenciones y secuestros.
“En las reuniones, los oficiales cogían las tarjetas de ciudadanía y decían a la gente: ‘Os daremos este tipo de documento de identidad si os alistáis en el servicio militar’. La gente les creyó”, ha declarado a HRW uno de los entrevistados.
Otro de los jóvenes entrevistados, reclutado de forma forzosa, ha afirmado que se los militares llegaron a reclutar a tres menores de edad, entre ellos a un adolescente de 15 años.
Asimismo, ha expresado que el entrenamiento militar fue un “periodo brutal” de dos semanas que acabó debilitando a la gran mayoría “en pocos días”.
“Nos debilitamos en pocos días. Algunos reclutas cayeron inconscientes. Tres de nosotros sangrábamos por la boca y la nariz. Los militares utilizaban un lenguaje abusivo, nos llamaban ‘kalar’ –insulto para referirse a los musulmanes– y degradaban a nuestras madres y hermanas. Esos doce días nos parecieron doce años de nuestras vidas”, ha señalado.
Bauchner ha aseverado que el reclutamiento forzoso de hombres y niños rohingya es la última muestra de “explotación” de las autoridades birmanas a una comunidad “vulnerable” tras “décadas de opresión”.
“Los gobiernos preocupados deberían reforzar las vías de acceso a la justicia para que los dirigentes de la junta rindan cuentas por sus abusos, pasados y presentes”, ha añadido.
Los rohingya son una comunidad mayoritariamente musulmana que ha huido de oleadas de persecución en Birmania, un país predominantemente budista, casi un millón de personas viven en campamentos en Bangladesh y más de 1.000 han llegado a Indonesia en barco en los últimos meses.
La junta militar de Birmania asumió el poder por la fuerza el 1 de febrero de 2021 y forzó el exilio del Gobierno democráticamente electo del país a través de un golpe de Estado que, según activistas opositores, ha dejado hasta el momento unos 4.800 civiles muertos y 20.000 detenidos.
Tras ello, surgieron numerosos grupos rebeldes en el país, que en la actualidad están logrando importantes avances en los estados de Kachín y Rajine, en el norte y oeste, respectivamente, razón por la que los militares decretaron en febrero de realizar reclutamientos forzosos entre los ciudadanos.
El conflicto cada vez más intenso que tiene en lugar en Birmania ha provocado el desplazamiento de más de 2,8 millones de personas, incluidas en las más de 18 millones de personas que se encuentran en situación de en extrema necesidad de ayuda humanitaria.
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