El acto servirá para que la política ‘popular’ se despida de la Cámara en la que ha tenido escaño durante 24 años
MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
La ‘popular’ Ana Pastor, que presidió el Congreso entre 2016 y 2019 y acaba de renunciar a su acta de diputada, podrá despedirse de la Cámara este miércoles en el acto de inauguración de su retrato, que se colgará en la Galería de Presidentes de la institución.
La también exministra anunció el pasado 31 de mayo que dejaba el Congreso para incorporarse al ámbito de las instituciones profesionales sanitarias. Ponía así punto final a una dilatada carrera política y a su larga trayectoria como miembro del Parlamento dentro del Partido Popular.
Médica de profesión y diputada por Pontevedra desde el año 2000, Pastor fue ministra de Sanidad con José María Aznar (2002-2004) y volvió al Gobierno con Mariano Rajoy como ministra de Fomento (2011-2016). Con Rajoy había sido subsecretaria en los Ministerios de Educación, Presidencia e Interior.
Tras dejar la Presidencia del Congreso siguió formando parte de la Mesa de la Cámara como vicepresidenta en la anterior legislatura y actualmente presidía la Comisión Mixta (Congreso-Senado) de Seguridad Nacional.
Pastor eligió al retratista Hernán Cortés para el cuadro con el que se la recordará como presidenta del Congreso, una obra por la que la institución abonó 76.450 euros, impuestos incluidos.
CUATRO OBRAS DE CORTÉS EN LA CÁMARA
Esta la cuarta pintura de Hernán Cortes que se cuelgue en el Congreso y la segunda que formará parte de la llamada Galería de Presidentes, donde están los retratos de todas las personas que han ejercido esta responsabilidad desde las Cortes de Cádiz. Y es que la primera mujer al frente de la institución, la también ‘popular’ Luisa Fernanda Rudi, también encargó a Cortés la tarea de inmortalizarla como presidenta.
Además, el pintor gaditano es el autor del políptico con el que se recuerda a los siete ‘padres’ de la Constitución en la Sala Constitucional del Congreso y también del retrato de Felipe VI que preside el Salón de Ministros, donde mantiene sus reuniones la Mesa de la Cámara.
Durante la presentación de aquella obra en mayo de 2019, Hernán Cortes bromeó con el hecho de que el Congreso se ha convertido ya en su “segunda casa” por la cantidad de obras suyas que atesora la institución.
Según constaba en los pliegos aprobados en su día por la Mesa del Congreso el cuadro de Pastor se ha abonado con cargo al fondo de remanentes de la Cámara, que a fecha de 31 de marzo de 2022, cierre del ejercicio 2021, tenía una cuantía de 108,24 millones de euros.
La Cámara sostiene que los 76.450 euros que ha costado la obra se ajustan al precio de mercado de retratos de artistas de dimensiones similares y a lo que se ha venido pagando en los últimos 15 años por los que se hicieron a anteriores presidentes.
LOS DOS MÁS BARATOS, REALIZADOS POR MUJERES
El retrato de los presidentes más barato de los colgados en los últimos años es del socialista Patxi López, quien presidió la Cámara los cinco meses que duró la legislatura fallida que siguió a las generales de diciembre de 2015. Su autora es la ilustradora y música Elisa Pérez Ruiz y costó 10.300 euros, IVA incluido, 5.000 euros menos de los inicialmente presupuestados.
El segundo más barato también lleva la firma de una mujer, la prestigiosa fotógrafa Cristina García Rodero, que fue elegida para esta labor por el socialista ya fallecido Manuel Marín, que presidió la Cámara entre 2000 y 2004. Es la única fotografía que cuelga en esta galería y costó 24.780 euros.
El antecesor de López, el ‘popular’ Jesús Posada, que presidió la Cámara durante la legislatura de la mayoría absoluta de Mariano Rajoy, destapó su cuadro en septiembre de 2017. Se trata de una obra del pintor Ricardo Sanz López, que costó 66.000 euros.
EL MÁS CARO, EL DE BONO
El cuadro más caro de los últimos años fue el del socialista José Bono –82.600 euros–, un retrato pintado por el madrileño Bernardo Pérez Torrens que se colgó en julio de 2015 ante la presencia del homenajeado y de Posada, pero sin medios de comunicación.
Los retratos de Bono y Marín fueron presupuestados el mismo día por la Mesa del Congreso y su precio generó polémica puesto que España estaba inmersa en plena crisis económica. El tema dio hasta para un debate parlamentario.
Fue en la Comisión de Cultura del Congreso donde el entonces grupo de la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) pactó una proposición no de ley con el PSOE para instar al Gobierno a implantar “otros métodos de elaboración” de los retratos oficiales que resultasen “menos onerosos para el Estado” y apostaba, en concreto, por extender el uso de fotografías. La iniciativa fue rechazada por el PP, que entonces contaba con mayoría absoluta.
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