MADRID, 22 (SERVIMEDIA)
El próximo domingo, 24 de marzo, se celebra el Día Internacional del Vermut, ya que durante los últimos años se conmemora coincidiendo con el primer domingo de la primavera.
Los impulsores sostienen que un domingo al mediodía en España puede ser el “escenario perfecto” para disfrutar de un vermut bajo el sol, “en una terraza, rodeado de amigos o disfrutando de la propia compañía”. Esta imagen, que bien podría recordar a un anuncio protagonizado por celebridades, refleja una escena genuina y cotidiana, cada vez más arraigada en la cultura española: el terraceo y el vermut como protagonistas de la vida social.
Tanto que la expresión ‘hacer el vermut’ va más allá de compartir un vaso de esta bebida y se ha convertido en una tradición que se relaciona directamente con el descanso, la desconexión, la gastronomía y la vida social. Ahora, esta costumbre previa a la hora de comer, es una tendencia gastronómica que engloba esa sensación de sobremesa antes incluso de empezar a comer.
Hay quien dice que el origen de la historia de este licor aromatizado con hierbas se remonta hasta épocas donde los antiguos griegos maceraban vino con especias para hacer bebidas medicinales.
Esto dista de la actualidad o de una época un poco más reciente. No fue hasta bien entrado el siglo XIX que el vermut se estableció en España, después de que Italia lo pusiese en el punto de mira y comenzara a esparcir su aroma por el resto de Europa. Algunos dicen que los primeros surgen en Reus (Cataluña), donde se establecieron algunas fábricas. Otros en Huelva, dónde se ha encontrado una que data de 1870. Y otros dicen que Augustus Perucchi -una de las marcas referentes en la actualidad- fue el responsable de aquella pionera elaboración. Tal fue su popularidad en la sociedad española que se volvió una costumbre reservarse esa hora previa a la comida para hacer un descanso del trabajo con un vermut en mano en forma de aperitivo, sobre todo en las grandes ciudades.
Poco a poco, esta costumbre se hizo tradición, hasta llegado el punto que ahora se conoce la una del mediodía como la ‘hora del vermut’, en la que este licor que le da nombre, en muchas ocasiones -y cada vez más- tiene un lugar en la mesa. De hecho, la emergencia de 100 marcas nuevas de vermut alrededor del mundo desde 2012 es un testimonio de su creciente popularidad, según señalan fuenes como ‘Infobae’ (2023) o ‘Ámbito’ (2023). Además, en un corto período de tiempo, de 2017 a 2020, la categoría de vermut experimentó un crecimiento del 300%, según Rocío Osborne, directora de Comunicación de Grupo Osborne, en una entrevista para el medio digital ‘Directo al Paladar’ (2023).
INNOVACIÓN
Este resurgir se ha visto impulsado, entre otros factores, por la tendencia a lo auténtico, a los productos artesanales y a su alta calidad. Instituciones -ahora ya históricas por su larga y potente trayectoria- como la emblemática Martini con su legado de artesanía y experiencia en cada botella; Yzaguirre, con su apuesta por la calidad y lo tradicional; o Perucchi, con su cuidadosa técnica artesanal y local que apenas ha variado desde 1876, cuando la fábrica abrió sus puertas; son parte del engranaje de esta nueva tendencia que atrapa la nostalgia de los que lo vivieron hace unos años y seduce a las nuevas generaciones que se suman a la tradición casi sin pestañear.
Jean-Noël Reynaud, CEO de Magellan&Cheers, un grupo internacional que ha adquirido el la marca Perucchi, asegura que “especialmente en los dos últimos años hemos visto un auge del consumo de vermut, particularmente destacable en el segmento de calidad “premium” del mercado”. Y es que, según indican los estudios de Jouran Research Consumer, actualmente los consumidores están más dispuestos a pagar por calidad, y estos sentimientos que afloran en saborear tiempos pasados incitan a gastar más. De la misma forma que cuando un producto se considera como local, se percibe de mayor calidad, como concluye un estudio liderado por la Universidad de Arkansas.
Una de las claves cruciales para conseguir este renacer, ha sido la innovación, ya que a partir de nuevas iniciativas este licor ha conseguido adaptarse a las nuevas modernidades y tendencias, consiguiendo así reenganchar a un público ansioso de novedades y reinvenciones de sabores tradicionales. Como Martini, que aunque su esencia siempre se mantiene en Piamonte, ha conseguido llegar a continentes gracias a la adaptación de sus productos a los nuevos rumbos que han tomado los tiempos recientes. O como Perucchi, que con un ADN muy marcado pero adaptándose a cada contexto, ha podido sobrevivir a todo tipo de momentos.
Es por eso que el vermut también se ha colado en la coctelería de autor para hacerse un hueco en la gastronomía más moderna, convirtiéndose en ingrediente esencial de numerosas recetas cocteleras muy buscadas por un público selecto y gourmet. Para aquellos amantes de explorar la gastronomía y que presumen de paladar fino, es todo un recorrido de sensaciones entre particulares sabores, que hacen de cada sorbo una experiencia única. Como el disfrutar de un Negroni para abrir el hambre antes de que llegue la comida a la mesa, una sensación que cada vez se puede disfrutar más en las ya conocidas como vermuterias, que poco a poco se van dejando ver en las calles y mercados.
En vísperas de un día clave como el primer domingo de primavera, en el que se celebra el Día Internacional del Vermut conviene hacer un recorrido por sus raíces y costumbres que, al final, son un reflejo de la sociedad, no solo española sino mundial. Aunque España ha hecho costumbre tomarlo al mediodía y ahora ya es un rito muy arraigado, en el resto de Europa este licor también se encuentra en auge, a pesar de que es más común encontrarse esta imagen del ‘terraceo’ en un ambiente de tarde.
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