MADRID, 30 (SERVIMEDIA)
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) participan en un estudio que ha confirmado la eficacia ‘in vitro’ e ‘in vivo’ de un fármaco para células resistentes a tratamientos con T-DM1, lo que constituye una nueva diana terapéutica.
Un estudio dirigido por un investigador del CSIC demuestra la eficacia ‘in vitro’ e ‘in vivo’ de un tratamiento destinado a un tipo de cáncer de mama, conocido como HER2 positivo, resistente al fármaco T-DM1.
Así se desprende de un trabajo, publicado en la revista ‘Cancer Letters’, que ha identificado una nueva diana sobre la cual se puede actuar mediante un anticuerpo dirigido frente a dicha diana. T-DM1 es un anticuerpo modificado que se usa para tratar tumores HER2 positivos. A pesar de su eficacia, en estadios avanzados de la enfermedad, ese fármaco puede dejar de funcionar.
“Hemos empezado a estudiar otras posibilidades de tratar tumores de mama del tipo HER2 positivo cuando las células tumorales se resisten a T-DM1”, afirmó Atanasio Pandiella, investigador del CSIC en el Centro de Investigación del Cáncer (CIC-CSIC-USAL).
“Hemos identificado por qué algunas células que originalmente tienen la proteína HER2 se vuelven resistentes a T-DM1. Las células resistentes a este tratamiento han perdido la expresión de HER2. Hemos constatado que el tratamiento deja de ser efectivo porque estas células resistentes no tienen la diana del anticuerpo, mientras que las células tumorales que siguen expresando HER2 mueren con T-DM1”, señaló Pandiella.
Como el fármaco T-DM1 no puede ser efectivo cuando hay pérdida de HER2 en determinadas células tumorales, si no se actúa sobre ellas, el cáncer de mama sigue progresando, según los autores de la investigación. Por tanto, se requiere hallar otras alternativas de tratamiento para estos casos de resistencia.
El equipo de Pandiella seleccionó una proteína de la superficie celular llamada EGFR. Esta se encuentra presente en la membrana de las células resistentes. “Como el EGFR está en estas células, hemos desarrollado en nuestro laboratorio un anticuerpo modificado del tipo ADC (anticuerpo conjugado a fármaco) contra EGFR y analizado su efecto. Y efectivamente hemos constatado que el ADC frente a EGFR presentaba acción antitumoral”, destacó el investigador.
El anticuerpo desnudo empleado para desarrollar este nuevo fármaco es comercial, sin embargo, el laboratorio ha elaborado el ADC añadiendo un fármaco citotóxico a dicho anticuerpo.
“Nosotros en el laboratorio estudiamos por qué determinadas células pueden desarrollar resistencias a un tratamiento y buscamos nuevas estrategias para abordar dicha resistencia. A partir de aquí deben ser clínicos o industria farmacéutica los que prosigan con ensayos clínicos”, concluyó Pandiella.
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