MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha pedido a la comunidad internacional que no se olvide de la “profundamente preocupante” situación en la que viven los afganos desde la llegada de los talibán al poder.
“Hace ya dos años que los talibán tomaron el poder en Afgansitán y la situación en el país continúa siendo profundamente preocupante, incluyendo las severas restricciones impuestas a los derechos de las mujeres y de las niñas. La comunidad internacional no debe olvidarse del pueblo afgano”, ha publicado Guterres en su cuenta de la red social X, antes Twitter.
Además, el secretario general opina que los afganos “tienen derecho a un futuro pacífico y armonioso”, y ha pedido a las autoridades garantizar este derecho, ha declarado el portavoz de Guterres, Farhan Haq, durante una rueda de prensa.
La directora ejecutiva de ONU Mujeres, Sima Bahous, ha hablado directamente de “asalto” contra la población femenina, objetivo directo de más de 50 edictos que “no han dejado sin examinar ningún aspecto de la vida de las mujeres, ninguna libertad”. Los talibán, ha añadido, “han creado un sistema basado en la represión masiva de las mujeres que puede considerarse un apartheid de género”.
“Pese a los desafíos, las mujeres afganas también me dicen que no se rendirán nunca. Seguirán liderando la lucha contra la represión. Frente a las circunstancias más hostiles, alzan la voz contra los abusos, brindan servicios esenciales, poseen y gestionan empresas”, ha resaltado Bahous, que este año visitó Afganistán.
Bahous ha resaltado que esta “valentía” es también un “ejemplo” y ha instado a la comunidad internacional a alzar la voz para seguir presionando al régimen afgano y que recupere los derechos recortados en estos últimos dos años.
Por su parte, los talibán han afirmado que la “conquista” hace dos años de Kabul puso de manifiesto que en Afganistán no hay cabida para “invasores”, en un mensaje que han hecho coincidir con el segundo aniversario del régimen actual y en el que han reivindicado sus supuestos logros en seguridad.
El Emirato Islámico de Afganistán, nombre oficial del régimen, quedó reinstaurado dos décadas después de su anterior etapa, lo que se ha traducido en un recorte de derechos, un empeoramiento de la situación humanitaria y un aislamiento casi total de la comunidad internacional.
La toma de Kabul fue el final de una cascada de conquistas regionales por parte de los talibán, que durante meses fueron comiendo terreno al Ejército afgano sin apenas oposición y cuando las tropas internacionales estaban ya en proceso de retirada. El entonces presidente, Ashraf Ghani, huyó del país en plenos avances insurgentes.
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