EEUU expande las operaciones en la zona mientras sopesa la vía militar, que podría arrastrar a Irán al conflicto
MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
El lanzamiento de la operación ‘Guardián de la Prosperidad’, anunciada el lunes por Estados Unidos, que estará al frente de la misma, supone una expansión de la fuerza marítima multinacional presente en aguas del golfo Pérsico ante los ataques ejecutados durante las últimas semanas por los rebeldes hutíes en el mar Rojo ante la aparente falta de voluntad de llevar a cabo por ahora bombardeos contra los rebeldes en Yemen ante el riesgo de expansión del conflicto en Oriente Próximo.
La misión, desvelada por el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, quedará bajo mando de las Fuerzas Marítimas Combinadas, una alianza multinacional dedicada a defender las rutas marítimas internacionales, y concretamente de la Task Force 153, establecida en abril de 2022 y que opera en el mar Rojo, el estrecho de Bab el Mandeb y el golfo de Adén.
De hecho, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby, ha explicado que Washington “intenta fortalecer e impulsar” la Task Force 153 con el objetivo de que sea “operativa de formas en la que quizá no fue operativa antes de estos ataques por parte de los hutíes”, según una transcripción de sus declaraciones publicada por la Casa Blanca.
Austin indicó que en esta operación estarán implicados Bahréin, Canadá, Francia, Italia, Noruega, Países Bajos, Reino Unido, Seychelles y España, si bien el Ministerio de Defensa español ha especificado este martes que la participación de Madrid está sujeta a decisiones de la UE y la OTAN y que, en consecuencia, España no se implicará “unilateralmente” en este ámbito.
Así, Austin recalcó que los hutíes han “violado” el Derecho Internacional con sus ataques contra buques y defendió que la misión busca hacer frente a esta “amenaza”, a lo que los rebeldes han respondido asegurando que mantendrán sus ataques y su intento de bloqueo a los buques propiedad de empresas israelíes o que se dirijan a puertos de Israel.
Mohamed al Bukaiti, un miembro del brazo político de los rebeldes, ha subrayado que estas operaciones “no se detendrán” mientras “no terminen los crímenes de genocidio en Gaza”, en referencia a la ofensiva contra la Franja tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por Hamás, “incluso si Estados Unidos tiene éxito a la hora de movilizar al mundo entero”.
El portavoz del Departamento de Defensa estadounidense, Pat Ryder, especificó el lunes que los hutíes han llevado hasta la fecha más de cien ataques con drones y misiles contra diez buques mercantes en la zona, incluido el secuestro el 19 de noviembre del ‘Galaxy Leader’ en esta ruta marítima, por la que pasa entre el diez y el 15 por ciento del comercio global.
Ante esta situación, la misión nace con el objetivo declarado de garantizar la seguridad en esta ruta marítima, clave para el comercio internacional, especialmente después de que diversas compañías hayan anunciado que suspenden sus operaciones en la misma o que desviarán a sus barcos a través de vías mucho más largas que implican rodear el continente africano a través del cabo de Buena Esperanza.
PROTECCIÓN O ATAQUES CONTRA LOS HUTÍES EN YEMEN
La operación surge de una batería de opciones que manejaban las autoridades estadounidenses, entre las que figuraban también la disuasión a los rebeldes –que controlan partes del norte y el oeste de Yemen desde 2014– e incluso atacar sus arsenales de misiles antibuque y drones, una posibilidad que podría aumentar la inestabilidad en la región, especialmente debido a la posible reacción de Irán, que apoya al grupo.
En este contexto, el ‘think tank’ The Soufan Center ha destacado que esta misión “ofrece una alternativa a la opción, más recomendada pero significativamente más arriesgada, de llevar a cabo ataques aéreos contra objetivos de los hutíes, incluidas instalaciones de misiles y drones”.
De hecho, Estados Unidos y sus aliados no han respondido por ahora con ataques contra posiciones de los hutíes en Yemen o sus costas desde que el grupo anunciara que se sumaba al conflicto, llegando a disparar misiles balísticos y drones contra territorio de Israel, sin causar víctimas.
En este sentido, altos cargos estadounidenses han expresado cautela sobre esta opción, que podría derivar en que Irán se implique directamente en la guerra, especialmente tras las advertencias vertidas desde Teherán contra el ensamblaje de esta misión internacional en aguas del mar Rojo.
Las autoridades iraníes se han desmarcado de los ataques llevados a cabo por los hutíes y han resaltado que el grupo cuenta con autonomía en sus operaciones, que se suman a los ataques por parte de milicias proiraníes activas en Irak y Siria contra objetivos y bases estadounidenses en estos países como parte de la reacción de estos grupos contra la ofensiva militar en Gaza, que amplían la posibilidad de apertura de frentes que podrían arrastrar a otros países a un conflicto abierto en la región.
Asimismo, los bombardeos contra posiciones de los rebeldes podrían reactivar la guerra desatada en 2015, que hasta el 7 de octubre atravesaba una etapa de impulso diplomático entre las partes a raíz del acuerdo alcanzado en marzo por Irán y Arabia Saudí –que encabeza una coalición militar contra los hutíes– para restaurar sus relaciones diplomáticas, pacto logrado con la mediación de China.
Sin embargo, el anuncio de Austin quedó marcado por la falta de exactitud respecto a las acciones que llevarán a cabo los países implicados en la operación ‘Guardián de la Prosperidad’, dado que en sus declaraciones se limitó a afirmar que trabajarán para “abordar de forma conjunta los desafíos de seguridad en el mar Rojo y el golfo de Adén”.
“Estados Unidos seguirá consultando y trabajando con aliados y socios, que comparten el principio fundamental sobre la libertad de navegación”, dijo Ryder, quien reiteró que los hutíes suponen “una amenaza global sin precedentes” que “requiere una acción colectiva”, sin dar detalles sobre las medidas que serán aplicadas.
IMPACTO SOBRE LAS RUTAS COMERCIALES
En paralelo al despliegue de esta misión, Estados Unidos ha reclamado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que actúe para hacer frente a estos ataques por parte de los hutíes, sin que por el momento haya acciones concretas, en medio de la parálisis del organismo ante los sucesivos conflictos a nivel internacional durante los últimos años.
La crisis de seguridad ha provocado que durante los últimos días cuatro de las cinco principales compañías de transporte marítimo del mundo –CMA CGM, Hapag-Lloyd, Maersk y MSC– hayan pausado o suspendido sus servicios en el mar Rojo, la ruta por la que debe pasar todo el tráfico a través del canal de Suez, una medida a la que también se ha sumado la empresa energética BP.
Según las informaciones recogidas por ‘The Economist’, estas cuatro empresas suponen el 53 por ciento del comercio de contenedores a nivel mundial, si bien se cree que otras compañías de menor tamaño podrían seguir su ejemplo y suspender igualmente su tránsito a través de esta vía, uno de los ‘chokepoints’ estratégicos a nivel mundial.
A nivel económico, la situación podría elevar los costes comerciales debido a la necesidad de que los buques opten por una vía más larga, mientras que podría haber igualmente afectaciones a corto plazo en la cadena de suministros, ya afectada por la pandemia de coronavirus y la invasión rusa de Ucrania.
Por último, si la amenaza de seguridad se expande al mar Arábigo, por el que pasa un tercio de los suministros petroleros enviados por mar, los costes económicos serían aún mayores, mientras que Egipto –que está intentando jugar un papel de mediación para poner fin al conflicto en Gaza– podría ver ahondada su crisis económica y financiera por el recorte del tránsito en el canal de Suez.
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