El movimiento, liderado por el ex primer ministro Abdalá Hamdok, discurrirá en paralelo a las negociaciones de paz de Yedá
MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
La alianza de decenas de grupos políticos y civiles de Sudán reunidos esta semana en la capital de Etiopía, Adís Abeba, ha anunciado la creación del llamado Frente Democrático Civil; una organización encargada a partir de ahora de reactivar, bajo el liderazgo del ex primer ministro Abdalá Hamdok, un proceso de transición democrática en el país africano aniquilado por el conflicto armado que estalló el 15 de abril entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
Hamdok queda así al frente de una amplia alianza, representativa de aproximadamente un 70 por ciento de los grupos cívico-políticos del país, según uno de sus asistentes, el coronel retirado Tayeb al Malkabi, al periódico árabe Al Sharq al Awsat, y en la que sindicatos y grupos civiles tendrán un peso más destacado que el de los movimientos armados que también han participado en este encuentro.
Concretamente, el Frente estará conformado por más de 60 delegados de grupos de la sociedad civil y política sudanesa, como las Fuerzas para la Libertad y el Cambio, el Frente Revolucionario Sudanés que lidera Hadi Idris, el Partido Republicano o la Coalición de Fuerzas Cívico-Políticas del Este de Sudán. Los trabajadores sudaneses también contarán con una amplia representación a través de los delegados de los llamados Comités de Resistencia y de grupos de profesionales como el Sindicato de Periodistas Electos, el Comité del Colegio de Abogados, el Comité de Profesores o el sindicato de Trabajadores Portuarios, todos ellos asistentes a la reunión de Etiopía.
La oficina ejecutiva del Frente estará formada por una treintena de representantes principales que se encargarán de configurar un calendario de encuentros, el primero de los cuales tendrá lugar en un plazo máximo de ocho semanas, para consolidar el documento final del encuentro de Adís Abeba, las llamadas “Líneas Generales para el Proceso de Negociación para Detener la Guerra y Restaurar el Estado Sudanés”. La intención final del Frente es la declaración de un Gobierno civil, como era la intención original de estos grupos en 2019, cuando el entonces presidente, Omar al Bashir, acabó derrocado después de tres décadas de gobernar con puño de hierro.
Los principales negociadores occidentales sobre el conflicto en Sudán, la llamada ‘Troika’ que conforman Estados Unidos, Reino Unido y Noruega, han aplaudido el encuentro de Adís Abeba como un complemento prometedor a las conversaciones directas de paz que el Ejército y las RSF han reanudado esta semana en Arabia Saudí, el cuarto gran mediador internacional a título individual, y que se suma a esfuerzos conjuntos como el de la Unión Africana y la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD)
“Nos alienta que la reunión haya conducido a un compromiso colectivo de convocar una reunión más amplia con una representación más diversa de Sudán en los próximos meses”, ha hecho saber la ‘Troika’ en un comunicado recogido por el ‘Sudan Tribune’.
Grupos presentes en Adís Abeba habían expresado sus recelos hacia este beneplácito internacional al entender, como declaró la semana pasada el portavoz del partido árabe socialista sudanés Baaz, Adel Jalaf Allah, que el encuentro había sido arreglado “por mediadores que siguen un patrón de presión extranjera”, si bien la formación ha enviado finalmente representación al encuentro.
Otro destacado líder sudanés, el gobernador de la región de Darfur, jefe también del Movimiento de Liberación de Sudán, Minni Arko Minawi, también trasladó sus sospechas sobre esta influencia extranjera y llamó en su lugar a presentar una propuesta cimentada en la unidad nacional.
Con esta reunión, Hamdok ha aplaudido el nuevo esfuerzo de la sociedad civil sudanesa para reactivar un proceso que había quedado en el limbo desde hacía seis meses, con el estallido de una guerra que prácticamente ha arrasado el país en seis meses al desatar matanzas intercomunitarias, éxodos constantes de población, violencia sexual a niveles “horripilantes” y brotes de enfermedades por doquier, según la ONU, mientras organizaciones de expertos en conflictos armados como la ACLED avisan que sus estimaciones preliminares de víctimas — más de 9.000 muertos desde abril — son extremadamente conservadoras.
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