MADRID, 20 (SERVIMEDIA)
La organización ambiental Greenpeace ha enviado alegaciones al proyecto de macrogranja de gallinas ponedoras y recría Son Vanrell, promovida por Avícola Son Perot en Sineu (Mallorca) y que se convertiría en la explotación de aves de corral más contaminante por amoníaco en España.
Este proyecto de “dimensiones faraónicas”, según Greenpeace, pretende poner en marcha una macrogranja para unas 750.000 gallinas ponedoras, que producirían unos 156 millones de huevos al año.
“En una situación de emergencia climática, de crisis del agua y de una creciente preocupación por el bienestar animal, es inconcebible que se sigan presentando proyectos de macrogranjas como éste”, indicó Luís Ferreirim, responsable de agricultura y ganadería de Greenpeace España. “Este proyecto es una auténtica barbaridad y desde Greenpeace pedimos que el Gobierno de las Islas Baleares lo rechace por completo”.
Las gallinas estarían distribuidas en 10 naves industriales. Se construirían, además, otras instalaciones de apoyo, así como estercoleros y fosas para almacenar las cantidades de estiércol que generarían los animales.
También se harían obras para garantizar el tráfico de camiones necesario para el funcionamiento de esta explotación industrial. Según cálculos realizados por Greenpeace, el consumo directo de agua de la macrogranja, sin contar el agua necesaria para producir el alimento de las gallinas, sería de más de 61.000 metros cúbicos al año, una tercera parte del consumo estimado para el municipio de Sineu.
“COLOSALES IMPACTOS”
Además, la ONG apuntó este martes que el proyecto carece de cálculos específicos para mostrar los “colosales impactos” que tendría sobre el medio ambiente.
“Si comparamos con otras explotaciones avícolas industriales en funcionamiento, solo en lo que respecta a las emisiones de amoníaco -un gas tóxico con nefastos efectos sobre el medio ambiente y la salud de las personas-, esta explotación industrial se convertiría en la macrogranja de aves de corral más contaminante del país”, subrayó.
España estuvo años incumpliendo el techo de emisiones de amoníaco atribuido por la Comisión Europea y pasó a cumplirlo tras una negociación que llevó al incremento del umbral en un 30%, medida en vigor desde 2023.
Por otro lado, Greenpeace señaló que el proyecto tendría un impacto negativo sobre las masas de agua respecto a la contaminación por nitratos. “El municipio de Sineu, el más cercano a la explotación, lleva ya más de una década sin poder consumir su agua debido a la contaminación por nitratos y este proyecto vendría a agravar la situación e hipotecar cualquier posibilidad de recuperación del acuífero”, añadió.
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