MADRID, 22 (SERVIMEDIA)
Este sábado se celebra el Día Mundial del Agua y tres de las principales organizaciones ambientales de España han planteado propuestas en esta materia, como gestionar la sequía “ahora que llueve, no cuando haya agua” (Greenpeace), una planificación hídrica a largo plazo (SEO/BirdLife) y “ríos vivos” para prevenir los riesgos de crecidas de caudal (Ecologistas en Acción).
Según Greenpeace, “la escasez del agua en España es un problema creciente, exacerbado por la crisis climática y las prácticas insostenibles de gestión del agua”, a pesar de las abundantes lluvias que han aparecido este mes de marzo en muchas zonas de España.
En este sentido, apunta que “la situación de este mes es un espejismo” y que “el agua es y será un grave problema en España” porque el país tiene “agua escasa, contaminada y mal gestionada”.
Además, esta organización subraya que “la solución no pasa por la construcción de más infraestructuras hidráulicas, como embalses, porque nunca se han llenado y hay ya tantos (1.200 grandes, de más de 10 metros de altura de presa) que hacer más tendría un impacto ambiental inasumible”.
MENOS REGADÍO
Para prevenir futuros periodos de escasez de agua, Greenpeace propone reducir entre un 20% y un 25% la superficie de regadío, lo que equivale a entre 650.000 y casi un millón de hectáreas hasta 2040.
Otra medida es prohibir nuevos proyectos que demanden grandes cantidades de agua, como desarrollos de ocio, urbanísticos u hoteleros, en zonas con problemas históricos de suministro.
Además, plantea localizar y cerrar pozos ilegales, una hoja de ruta para la transición del modelo agroalimentario industrial hacia un modelo agrario y ganadero más sostenible, incorporar en el Código Técnico de la Edificación la obligación de que los nuevos edificios incluyan medidas de ahorro de agua y reutilización de aguas grises, y detener y reducir la ganadería intensiva e industrial.
Abordar el estado de contaminación de las aguas continentales (superficiales, subterráneas y costeras) e implementar caudales ecológicos científicamente establecidos son otras propuestas.
“La falta de voluntad política ha llevado a una gestión inadecuada de los recursos hídricos en España. No podemos seguir viendo el agua como una simple mercancía; es un bien común que debe ser gestionado de forma equitativa y sostenible”, según Julio Barea, responsable de la campaña de agua de Greenpeace España.
“DEMANDA INSOSTENIBLE”
Por su parte, SEO/BirdLife asegura que las recientes lluvias han mejorado la imagen de los embalses y devuelto los caudales a muchos cauces secos, pero “la crisis del agua en España sigue siendo estructural y agravada por el cambio climático”.
Esta organización señala que “España sigue sin gestionar el agua en función de su disponibilidad real” al mantener “una demanda insostenible, con un 80% del agua destinada a regadíos agrícolas (por encima del 71% que se dedica a regadío a nivel mundial), muchos en zonas de estrés hídrico”.
“Mientras tanto, los acuíferos siguen sobreexplotados, los humedales siguen deteriorándose, sobre todo los de la cuenca mediterránea, y las políticas públicas continúan apostando por macroproyectos que no resuelven el problema y agravan la crisis hídrica y, por ende, la ambiental”, añade.
Por ello, aboga por una planificación hídrica a largo plazo, con la vista puesta al menos a 2050, teniendo en cuenta que las previsiones actuales indican que España puede perder entre un 3% y un 7% de sus recursos hídricos disponibles en las cuencas hidrográficas antes de 2040.
“No podemos seguir planificando el agua con la mentalidad del siglo XX. La realidad climática de España en 2050 seguramente será diferente, y necesitamos políticas que se anticipen a ese escenario. Si seguimos gestionando el agua como hasta ahora, el colapso hídrico será un escenario muy probable”, subraya Juan Carlos Atienza, responsable de la Unidad de Incidencia para la Transición Verde de SEO/BirdLife.
Poor ello, SEO/BirdLife apuesta por adaptar la demanda de agua a la realidad climática, redefiniendo la política de concesiones de agua y adecuarlas a la disponibilidad real, con una política de precios del agua que incentive el ahorro y garantice un uso eficiente.
“No se puede seguir impulsando cultivos de regadío en zonas de alto estrés hídrico y hay que empezar a fomentar cultivos adaptados al clima mediterráneo, apostando por una agricultura sostenible, con menor consumo de agua y una mayor eficiencia hídrica”, recalca.
RENATURALIZAR LOS RÍOS
Por otro lado, Ecologistas en Acción aboga por proteger los bosques de ribera y recuperar las llanuras de inundación y los espacios naturales como la prevención más eficaz a los efectos de las crecidas de los ríos.
Según esta organización, embalses, canalizaciones y la eliminación de la vegetación de ribera son medidas que se justifican como la principal solución a los riesgos de nuevas riadas, pero crean “una falsa sensación de seguridad” y ocupan espacios que necesitan los ríos y barrancos para desaguar avenidas.
En este sentido, defiende que “hay que renaturalizar los ríos con medidas que reducen los daños por inundaciones y generan beneficios añadidos”.
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