MADRID, 19 (SERVIMEDIA)
Los países de la UE podrían ahorrar hasta 278 TWh (teravatios-hora) de energía este invierno -más que el consumo anual de electricidad de España- si adoptan medidas inmediatas para hacer frente al “derrochador consumo excesivo de gas, petróleo y electricidad”, entre ellas reducir el límite de velocidad a 110 km/h en las autopistas.
Así se expone en un informe del Instituto de Futuros Sostenibles de la Universidad Tecnológica de Sidney (Australia) y dado a conocer este lunes por Greenpeace Nordic.
Greenpeace reclama objetivos obligatorios de reducción de la demanda de un 15% para el gas, un 10% para la electricidad y un 13% para el uso energético del transporte en la UE. Ello no requeriría nuevas inversiones o infraestructuras y las emisiones de carbono ahorradas en 2023 equivaldrían a las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de Polonia, cuarto emisor de la UE, según la ONG.
El análisis subraya que el transporte es el sector con el mayor potencial para reducir el consumo de petróleo y algunas medidas para rebajar el consumo total de energía primaria son reducir el límite de velocidad en las autopistas de 130 a 110 km/h, disminuir el tráfico privado un 10% en favor del transporte público u otros modos de desplazamiento sin emisiones y reducir un 30% la aviación en la UE para apostar por el tren o del uso de la tecnología para reuniones virtuales.
En cuanto al gas, la UE podría reducir el consumo de gas fósil en un 15% en todos los sectores hasta en marzo de 2023, incluso sin nuevas inversiones en medidas energéticas. Esto requeriría reducciones significativas por parte de Alemania, Francia, España, Italia y Países Bajos (los cinco países que más gas fósil consumen), que representan conjuntamente más del 66% de todo el uso de gas fósil de todo el uso en la industria manufacturera comunitaria.
En relación a la electricidad, Greenpeace propone reducir la demanda de electricidad en un 15% en los sectores público, comercial y residencial, junto con un ahorro de electricidad de un 20% en la industria, lo cual rebajaría el consumo total de energía primaria en la UE en más de un 6,5%, superior al consumo total conjunto de energía primaria del año pasado en Suecia, Austria y Luxemburgo.
OTRAS MEDIDAS
Además de estas medidas sin inversión, los gobiernos de la UE también deberían invertir en programas de aislamiento de viviendas, eficiencia energética, transporte público y calefacción solar a gran y pequeña escala, y acelerar la transición hacia un sistema energético 100% renovable en Europa para 2040, según Greenpeace.
“Los líderes europeos parecen ver la crisis energética solo como un problema de falta de suministro, lo que les lleva a tomar decisiones miopes y desastrosas, como volver a encender las centrales de carbón”, apuntó Isadora Wronski, responsable de la campaña sobre clima y energía de Greenpeace Nordic.
Según Wronski, “la realidad es que hay un exceso de demanda en forma de despilfarro energético”. “Los gobiernos de la UE deben aprovechar el enorme potencial de ahorro energético en petróleo, gas y electricidad haciendo obligatoria la reducción de la demanda. Si lo hacen, no solo reducirán las facturas de los ciudadanos en medio de la crisis del coste de la vida, sino que nos mantendrán en el buen camino para responder a la crisis climática”, recalcó.
Francisco del Pozo, responsable de la campaña sobre combustibles fósiles de Greenpeace España, señaló que “el caso de España no es diferente”. “El Gobierno ha tomado medidas de subsidio con dinero público de los combustibles fósiles (tope al gas para plantas de generación y cogeneración, reducción del IVA del gas, los 20 céntimos de ayuda a los combustibles, tarifas reguladas PVPC y TUR para usuarios y comunidades, etc.) que han amortiguado hasta ahora el impacto de la crisis energética en los hogares. Pero este flujo de dinero público no puede mantenerse para siempre”, concluyó.
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