MADRID, 29 (SERVIMEDIA)
La organización ambiental Greenpeace apuntó este miércoles, tres meses después de la dana que asoló Valencia y otras provincias españolas, que “lo peor está por llegar” si no se frena el cambio climático y lamentó que se sigan “planificando” nuevas construcciones en espacios con alto riesgo de inundación en España.
“Seguimos sin actuar a la velocidad necesaria para evitar que el cambio climático cueste más vidas”, apunta Greenpeace en su informe ‘Danas, inundaciones y cambio climático: aprender de los errores para salvar vidas’.
Elvira Jiménez, responsable de la campaña de adaptación de municipios a eventos extremos en Greenpeace, indicó que “el cambio climático está aumentando la intensidad y frecuencia de las danas y otros eventos meteorológicos extremos”, y recordó que 2024 fue el año más cálido jamás registrado y el primero en superar los 1,5 grados de calentamiento global por encima de los niveles preindustriales, según el último informe del servicio europeo Copernicus.
“Es urgente prepararnos para minimizar al máximo su impacto con medidas que reduzcan el riesgo para las personas, los ecosistemas y las infraestructuras. Hacen falta cambios en la planificación de las ciudades, en la cultura de la prevención ante la emergencia y en la política climática porque, si no frenamos el cambio climático, lo peor está por llegar”, añadió.
“FALTA MUCHO POR HACER”
El informe señala que en España hay más de 26.000 kilómetros de zonas con alto riesgo de inundación donde residen unos 2,7 millones de personas, de las cuales alrededor de 700.000 viven en las áreas de mayor riesgo.
Además, miles de infraestructuras críticas están situadas en zonas en riesgo de inundación actual o futura y, según Greenpeace, “todavía se siguen planificando nuevas construcciones en estos espacios, obviando las evidencias científicas y primando los intereses económicos de unos pocos”.
“Actuaciones como la aprobada por la Generalitat Valenciana en 2024, la misma semana en la que se produjo la dana, modificando la normativa para permitir construir en zonas inundables sin informes de riesgo muestran que la clase política no está aplicando el principio de precaución más básico: el que salva vidas”, subraya.
Además del coste humano, Greenpeace recalca el coste económico de no actuar ante catástrofes como la dana de Valencia, que ya es oficialmente la más costosa de la historia de España en indemnizaciones de pólizas de seguros, con unos 1.050 millones de euros abonados hasta ahora, según los últimos datos del Consorcio de Compensación de Seguros.
“Aún falta mucho por hacer, pero estamos a tiempo de reducir los impactos provocados por el calentamiento del planeta. Y también de aminorar dicho calentamiento. Porque tan terrible como las consecuencias de lo sucedido en Valencia es saber que se podrían haber tomado muchas medidas para reducir los efectos y, sobre todo, que no estamos ante una catástrofe aislada”, apuntó Jiménez.
Ante ello, Greenpeace demanda la adopción urgente de soluciones, que incluyen desde la planificación urbana a la educación en emergencias, con la naturaleza como aliada y poniendo a las personas más vulnerables en el centro, además del abandono de los combustibles fósiles para reducir las emisiones de gases que calientan el planeta.
MEDIDAS
Greenpeace propone en su informe cuatro medidas principales de adaptación. Una de ellas es conocer el riesgo y prepararse ante una emergencia con protocolos de actuación y sistemas de alerta temprana.
Durante las emergencias también son clave soluciones como la realización de mapas de riesgo de inundaciones y la formación en prevención destinada a la ciudadanía y al personal sanitario, educativo, empresarial y de gestión.
La segunda medida del informe pasa por recuperar el ciclo natural del agua en las ciudades mediante “soluciones basadas en la naturaleza”, como los sistemas urbanos de drenaje sostenible.
La tercera medida pone el foco en “reconstruir sin cometer los mismos errores”, es decir, que no se construyan viviendas e infraestructuras en áreas inundables y que, en el caso de que ya lo estén, cuenten con planes de gestión del riesgo en inundaciones implementados, comunicados y testados.
Como cuarta medida, el estudio destaca que la adaptación al cambio climático debe proteger a toda la población de forma justa y contribuir a reducir las desigualdades, ya que niños, personas mayores, dependientes y personas migrantes en situación administrativa irregular son las más vulnerables en las inundaciones.
Además de la adaptación, el informe insiste en mitigar el cambio climático con objetivos más ambiciosos para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, como “el necesario abandono de los combustibles fósiles” y recuperar la salud de los ecosistemas que funcionan como sumideros de carbono.
- Te recomendamos -