MADRID, 22 (SERVIMEDIA)
El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, advirtió este viernes de que el “último tramo” del proceso de reducción de la inflación en España, desde el entorno del 3% hasta el objetivo del 2% deseado por los bancos centrales, “no estará exento de volatilidad” y “no será hasta 2026 cuando se sitúe en el entorno del 2%.
Así lo señaló Goirigolzarri en su discurso en la Junta General de Accionistas de la entidad financiera celebrada este viernes en Valencia, donde destacó que “en este contexto tan complejo, la economía española nos ha sorprendido positivamente” después de que 2023 comenzara con “una gran incertidumbre y con claros riesgos a la baja”.
En cuanto a 2024, señaló que “se están produciendo cambios en las políticas de Estado de muchos países, que viran hacia el proteccionismo, y un creciente intervencionismo en las economías. Lo que se une a un cuestionamiento del multilateralismo en las relaciones internacionales”.
“Esto tiene implicaciones muy profundas no sólo para los países sino también para las empresas”, añadió Goirigolzarri, quien lamentó que “estas tendencias, lejos de atenuarse, parece que se consolidan, por la duración de la invasión de Ucrania y porque desgraciadamente continúan reproduciéndose conflictos geopolíticos como hemos visto en Oriente Medio”.
Además, recordó que 2024 es un año de elecciones en el que el 50% de la población mundial está convocada a las urnas y apuntó que “alguna de estas, como las europeas en junio o las de Estados Unidos en noviembre, tendrán gran influencia” en dichas tendencias.
Sobre 2024 en España, explicó que la entidad prevé un crecimiento del PIB del entorno del 1,9%, que es un crecimiento menor que el de este año, pero vuelve a quedarse por encima del 0,7% previsto para la zona del euro.
A este respecto, indicó que “será un año en el que, previsiblemente, el crecimiento irá de menos a más gracias a la contención de la inflación y a las probables bajadas de tipos de interés que, en definitiva, serán un estímulo para la actividad”, así como “el ritmo de aceleración que se consiga en el despliegue de los fondos europeos”.
Sin embargo, señaló que “la mayor vulnerabilidad de la economía española son sus cuentas públicas y el punto más preocupante es su escaso crecimiento” por lo que “se hace necesario y urgente llevar a cabo un proceso de consolidación fiscal de nuestras finanzas públicas que sea creíble, sostenible y con vocación de ser cumplido”.
También advirtió de que “es fundamental poner el foco en el crecimiento de largo plazo” puesto que “la productividad es el principal punto débil de nuestra economía”. “Ha tenido un crecimiento muy escueto comparado con otras economías europeas y, además, esta evolución supone un freno a nuestro potencial de crecimiento a medio y largo plazo”, apostilló.
“La mejora de la productividad no se puede alcanzar por políticas de demanda, sino que requiere políticas de oferta y esto es sinónimo de reformas de calado que requieren consensos políticos y sociales, lo cual dada nuestra aritmética parlamentaria no parecen alcanzables en el corto plazo”, concluyó.
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