MADRID, 01 (SERVIMEDIA)
El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, defendió este martes que algunas titulaciones universitarias puedan durar menos de cuatro años, dado que en algunos sectores, en ese período, hasta “cambian las formas de trabajar”.
Así lo manifestó Garamendi durante unas jornadas en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), donde explicó que en ocasiones las empresas necesitan personas con formaciones más cortas y concretas, aunque puso en valor en todo momento a las universidades, porque es una etapa “que te abre la cabeza” y te hace crecer”.
El presidente de los empresarios españoles mostró su inquietud ante el hecho de que España siga a la cabeza de Europa en paro juvenil, con un 26%, aunque subrayó la reducción de los últimos años. “No se ha logrado superar la brecha de género existente en el empleo y, además, sigue habiendo una situación complicada en términos de empleo juvenil”, alertó Garamendi, quien defendió que para resolver estas cuestiones es “clave” el papel de la empresa y la colaboración público-privada.
Asimismo, puso el foco en la formación “en unas competencias que cada vez son más transversales y más digitales” y en la importancia de potenciar la formación dual para combinar “el aprendizaje en el centro de formación y la empresa”.
Y es que, para Garamendi, es preocupante que exista una elevada tasa de paro juvenil mientras cada vez más empresas tienen dificultades para cubrir vacantes, un problema que, a su parecer, se resuelve desde la formación. Al hilo, destacó que el presidente de Telefónica ha advertido de que faltan en España unos 30.000 perfiles especializados en ciberseguridad.
En este punto, sostuvo que es clave que el sistema educativo y la empresa trabajen de “manera coordinada y dejen de hacerlo” por “vías diferentes, como ha sucedido “muchas veces”. Al mismo tiempo, reclamó una “estrategia europea para abordar el déficit de competencias, centrada en todas las etapas de la educación”.
DESAJUSTE
En su opinión, hay sectores en los que por parte de las empresas “hay un exceso de demanda y poca oferta” de trabajadores, lo que también provoca algo “que no es bueno”, en alusión a la elevada rotación en algunas actividades. En este punto, sostuvo ante decenas de estudiantes que “el trabajo no solo es el sueldo”, sino que influyen otros muchos factores como desarrollarse en un proyecto o las personas con las que se comparte.
No obstante, Garamendi reconoció también que “hay mucha gente con muchos títulos que accede a puestos más bajos de lo que ha estudiado y eso genera una frustración que tampoco es buena”.
“Hay que intentar equilibrar ese espacio y para eso es fundamental empezar desde niños y evaluar donde va a estar el futuro; y desde luego, el futuro no está en las habilidades de hoy día”, reflexionó.
COMPLEJO DE EMPRESARIO
En su intervención, Garamendi también se refirió a la falta de vocaciones empresariales entre los jóvenes y realizó un elogio sobre esta figura. Además, señaló que la palabra “emprendedor sale del cierto complejo de hablar de empresario”, algo que atribuyó, en parte, a la influencia cultural de series de televisión en las que se liga al empresario con “los peores valores del mundo mundial”.
Garamendi puso en valor el crecimiento económico de España y la recuperación del mercado laboral tras la pandemia, aunque advirtió de las consecuencias que puede tener el “aumento de costes” que están soportando las empresas en España. Además, dijo que “nos preocupan” otros indicadores como que el consumo está subiendo pero porque “hay más personas” y no por el alza de cada ticket.
Asimismo, alertó del incremento de costes de las empresas, “que son las que tienen que contratar y que se enfrentan a la necesidad” de avanzar en transición verde, digital y a “la urgencia de ganar competitividad”.
“Es urgente contar con los mejores para poder tener empresas más grandes, más fuertes y con mayor capacidad de contratar, lo que también redundará en más empleo y una espiral virtuosa de actividad económica”, ahondó Garamendi.
Por último, puso en valor el teletrabajo pero también defendió que es importante la presencialidad para hacer equipo y para el sentido de pertenencia a una empresa. Ello, mientras alertó de los riesgos de no garantizar un uso ético de la inteligencia artificial.
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