MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
La Fundación Friedrich Naumann (FFN) por la Libertad ha estrenado ‘Voces en movimiento’, un documental cuyo objetivo es hacer un llamamiento al papel del la población migrante y apostar por un futuro de igualdad. Por ello, en el trabajo se han unido diferentes testimonios con el objetivo de dar valor a las sociedades donde van, y hacerlas más cohesionadas y enriquecedoras.
Según se sostiene en el domuntal, el 75% de los migrantes forman parte de la población activa, además de las tasas de innovación, ya que más del 40% de las solicitudes de patentes globales proceden de migrantes. En España, “desde 2006 la población migrante supone el 70% de los nuevos activos del mercado laboral en España”.
Por ello, reúne los testimonios de inmigrantes de muy diversos perfiles que han llegado en diferentes momentos a Barcelona desde distintos países, junto a profesores y expertos, cuentan su dura experiencia y sus ganas de poner su granito de arena para aportar valor.
En la actualidad, ya son más 281 millones de personas en el mundo las que viven en un país diferente al de su origen, frente a los 161 millones en 1995, según datos de la FFN. Concretamente 2,7 millones de migrantes se desplazaron a Europa desde países no pertenecientes a la UE y 23 millones de personas en Europa no son de la UE. En este sentido, como señala Gemma Pinyol, de GRITIM-UPF, “las sociedades europeas en general tienen que reconocerse como diversas. La diversidad nos enriquece”.
Según la fundación, lo que se necesita para lograr una sociedad más cohesionada es, en primer lugar, un entorno político óptimo, que desarrolle políticas públicas que incorporen conocimientos y perspectivas de personas con antecedentes migratorios.
En cuanto al mundo corporativo, es necesario, según FFN, promover equipos culturalmente diversos y en las distintas comunidades autónomas, reconocer y permitir que la agencia política de los migrantes hable por sí misma. Respecto a la sociedad civil, se debe construir una agenda conjunta para trabajar las necesidades sociales y económicas.
Según Gloria Rendon, experta en diseño e implementación de políticas de migración en España, “hay estudios a través de la historia muy serios que demuestran que gran parte del crecimiento de las ciudades globales, como Londres o Nueva York, y de las grandes economías del mundo está relacionadas con la presencia migratoria y la diversidad y la innovación que estas personas aportan”.
Asimismo, también ha descrito que “España ya está al mismo ritmo de retos que tienen las grandes economías y países que han recibido población migrante. Barcelona, por ejemplo, ya tiene casi un 28% de su poblacion que ha nacido en el extranjero, sin contar personas con background étnico. Así, debemos entender ya somos una sociedad diversa”, ha enfatizado.
Un ejemplo es el actor Ayoub el Hilali, quien ha asegurado que ser de fuera “se lleva en el ADN, en su cara, su cuerpo”. “Siempre empiezamos desde -1000. No desde 0”, asegura. Por su parte, Hassna Rouaz, estudiante de farmacia, activista y escritora, ha afirmado que tienen “muchas barreras que hay que saltar, que no tendrían que estar, solo por ser de otro sitio y tener una cultura diferente”.
“Si cuando van a buscar trabajo por tener rasgos marroquís o por tener el apellido que se tiene, no hay las mismas posibilidades a un trabajo o vivienda, estamos dando un mensaje claro de no pertenencia y repercusiones claras de las situaciones de integración”, ha afirmado Jordi Pàmies, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Como se cita en el documental, desde el 2016, el desempleo de los ciudadanos españoles ha disminuido del 19 al 14%, pero el de la población migrante se mantiene por encima del 25%. Así, como se recalca, en España, los ingresos anuales de los hombres nacionales son más del doble que los de las mujeres migrantes de África.
En este sentido, la Fundación Friedrich Naumann sostiene que hay que trabajar en distintas vías para que se igualen las posibilidades. Para David Henneberger, director FNF en España, “rechazar a todos los migrantes en sí es moralmente una bancarrota porque como sociedad civilizada existe esa responsabilidad con las persona que buscan asilo por su situación personal, política o identidad de género”.
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