MADRID, 08 (SERVIMEDIA)
La demanda de estudios universitarios es mucho más flexible y se adapta a mayor velocidad que la oferta en las universidades públicas ante el cambio estructural que se está produciendo en el mercado laboral, según explica un análisis publicado por la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas).
En el monográfico, titulado ‘Desafíos y oportunidades para el futuro de la educación superior’ y publicado en la revista ‘Papeles de Economía’ de Funcas, los expertos Aitor Lacuesta, Marta Martínez-Matute, Jorge Sainz e Ismael Sanz analizan los cambios en la oferta universitaria ante la nueva naturaleza de los trabajos y muestran diferentes indicadores de demanda y oferta de titulaciones que son coherentes con un incremento de los desajustes entre ambas, especialmente tras la crisis sanitaria.
Los autores demuestran con datos sobre España que la demanda de los estudios universitarios se determina en parte por las expectativas de los ingresos. Como reacción a la heterogeneidad en ingresos futuros de los distintos grados, las notas de corte (un indicador del incremento de la demanda) aumentaron para los estudios con salarios esperados más altos.
Por el contrario, la oferta de plazas de las universidades públicas no se modificó con respecto a los resultados esperados de cada tipo de estudios en el mercado laboral. Este potencial desajuste entre oferta y demanda se ve agravado por la estrategia de las universidades de aumentar el número de carreras ofrecidas sin incrementar las plazas de los estudios con exceso de demanda.
El artículo de Juan F. Jimeno y Ana Lamo analiza en qué tipo de estudios se debería invertir más, para aprovechar las complementariedades entre las nuevas tecnologías y el capital humano. El impacto del cambio tecnológico sobre el empleo depende de la complementariedad de los perfiles laborales con la robótica y la IA. Esta complementariedad entre la tecnología y la mano de obra es mayor para los trabajadores cualificados que para los no cualificados. El empleo y los salarios subieron más en las ocupaciones con una proporción relativamente más alta de trabajadores jóvenes y cualificados.
Los autores apuntan que será vital vigilar los datos de cerca para observar los cambios rápidos que se producen y para garantizar que los sistemas educativos cuentan con suficiente flexibilidad para responder tan rápido como se observen dichos cambios. De este modo, se podrá aprovechar todo el potencial de la IA y mitigar sus consecuencias negativas.
Otro artículo aborda la diferencia que existe por género a la hora de elegir estudios. Así, las mujeres están sobrerrepresentadas en los estudios relacionados con la salud y, en general, con todos los estudios englobados en la economía de los cuidados, mientras que están infrarrepresentadas en grados científicos, ingenierías y arquitectura.
“La baja proporción de mujeres en estudios STEM es preocupante porque esta no ha variado en las últimas dos décadas y porque, dado que los estudios STEM tienen ventajas en términos de inserción laboral y salarios futuros, puede estar detrás de las brechas de género en el mercado laboral e, incluso, tender a amplificarlas”, advierte la publicación de Funcas.
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