MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
Las autoridades francesas han respondido este jueves a las críticas de Argelia, que ha acusado a París de la “exfiltración clandestina e ilegal” de una opositora, asegurando que brindar “protección consular” a una persona con nacionalidad francesa “no se sale de lo común”.
El Gobierno de Argelia ha llamado este jueves a consultas a su embajador en Francia, Said Musi, tras “protestar firmemente” por lo que considera como una “violación de la soberanía nacional” por parte de París al facilitar la huída de la opositora argelina Amira Buraui, quien se encontraba en Túnez.
“Recordar que la señora Buraui es de nacionalidad francesa y que como tal, las autoridades francesas ejercen su protección consular, lo que hacemos por todos nuestros compatriotas detenidos. Este es un procedimiento que no se sale de lo común”, ha defendido horas más tarde un portavoz del Ministerio de Exteriores galo.
En respuesta a la llamada a consultas de el embajador Musi, el portavoz diplomático francés ha marcado distancias apuntando que es una decisión que no le corresponde comentar, si bien ha incidido en la intención de París de “seguir trabajando para profundizar la relación bilateral en el espíritu de la Declaración de Argel”, firmada por ambos países a finales del pasado mes de agosto.
Buraui fue trasladada el pasado 6 de febrero desde Túnez a la ciudad francesa de Lyon. La activista fue detenida en Túnez el 3 de febrero cuando se preparaba para viajar a Francia tras cruzar la frontera Argelia y Túnez de forma clandestina.
Tras ello, compareció el 6 de febrero ante un juez tunecino, que la dejó en libertad y le devolvió el pasaporte, si bien fue nuevamente detenida a su salida del tribunal con el objetivo de ser expulsada a Argelia. Sin embargo, fue trasladada a la Embajada de Francia, tras lo que viajó finalmente a Lyon, tal y como ha recogido el diario ‘Tout sur l’Algerie’.
La activista opositora fue condenada a dos años de cárcel en mayo de 2021 por “atentado contra la persona del presidente de la República”, “insultos a un funcionario en el ejercicio de sus funciones” y “difusión de informaciones susceptibles de atentar contra el orden público”, así como “atentado contra los preceptos del Islam y el profeta”.
Buraui fue sentenciada en 2020 a un año de prisión por estos mismos cargos, por “publicaciones que pueden atentar contra la unidad nacional” y por “incitar” a manifestaciones durante el confinamiento impuesto por las autoridades por el coronavirus. Buraui inició una campaña en 2014 contra la campaña del entonces presidente, Abdelaziz Buteflika, para un nuevo mandato, algo que logró. Posteriormente, fue una de las organizadoras de las movilizaciones contra el presidente cuando anunció en 2019 que volvería a concurrir a las urnas, que finalmente forzaron su dimisión en abril de ese año.
Las tensiones bilaterales afloran de nuevo menos de dos meses después de que el ministro del Interior de Francia, Gérald Darmanin, anunciara la vuelta “a una relación consular normal” con Argelia después de más de un año con la emisión de visados reducida a la mitad por parte de Francia, lo que tensó las relaciones entre París y Argel.
La mencionada Declaración de Argel fue ratificada por los presidentes de Francia y Argelia, Emmanuel Macron y Abdelmayid Tebune, respectivamente, que acordaron un documento que certifica una “nueva dinámica irreversible” en las relaciones entre ambos países, 60 años después de la independencia argelina del colonialismo francés y ante las diferencias en torno a este punto y otros asuntos regionales.
- Te recomendamos -