MADRID, 04 (SERVIMEDIA)
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) publicó este lunes un informe sobre los retos del mercado de trabajo en España en el que hace una “valoración positiva” general de la última reforma laboral tras casi un año y medio de aplicación, aunque ve aspectos “preocupantes” que hay que corregir en materia de precariedad y seguridad jurídica.
El ‘think tank’ aplaude de la reforma que ha reducido la temporalidad, y en ese sentido subraya que “está siendo la más efectiva de todas las llevadas a cabo hasta la fecha en los países con problemas similares”.
También valora que el mantenimiento de las fórmulas de flexibilidad laboral de anteriores reformas, combinado con la potenciación de las suspensiones contractuales y reducciones de jornada por causa empresarial, “está logrando una enorme contención del empleo ante las dificultades económicas de las empresas”.
En materia salarial, también ve beneficioso que algunos convenios de empresa se han tenido que enganchar a las tablas salariales mínimas de los convenios sectoriales, que el crecimiento de los salarios ha sido moderado y que están funcionando con eficacia los ajustes cuando han sido necesarios.
En la parte que ve “preocupante” de la reforma laboral, Fedea observa dos aspectos. Por un lado, “el contraste entre el buen comportamiento de la tasa de temporalidad contractual del sector privado, con su estancamiento y ausencia de flexibilidad del sector público”.
Por otro lado, advierte de que se empiezan a ver indicios de que “la caída de la temporalidad contractual no está viniendo acompañada del todo de una reducción de la precariedad laboral real”.
“Aunque aún hay que esperar un poco a que se consolide este nuevo marco contractual, para una evaluación más justa de la reforma, se empiezan a ver señales preocupantes como la alta creación y destrucción diaria de empleo que estaría indicando alta rotación e intermitencia o discontinuidad en el empleo o la menor duración de los contratos indefinidos, con una utilización en ocasiones excesiva de la extinción en período de prueba”, señala el informe.
Fedea es partidaria de restringir más el uso de los contratos precarios, ya sean temporales (con los nuevos contratos temporales de circunstancias de la producción) o indefinidos (con las nuevas modalidades de los contratos fijos discontinuos), con una mayor seguridad jurídica y flexibilidad de la contratación indefinida ordinaria.
También propone la introducción de un sistema de cuentas individuales (‘mochila austriaca’), cuyas “ventajas son claras”, porque “introduce dinamismo en el mercado de trabajo, pues al ser trasportable el trabajador tiene más incentivos a cambiar de empresa o de trabajo sin miedo a perder sus derechos por antigüedad”, y en segundo lugar, “ayuda a las empresas a sobrevivir en las crisis porque no tiene que despedir al trabajador con menor coste de despido sino al trabajador menos productivo, y al haber adelantado parte del coste de despido en la cuenta individual del trabajador, puede ayudar financieramente a las empresas, especialmente las pymes, que en las crisis tendrán que afrontar un menor pago de indemnizaciones.
“Aclaramos, por si hay dudas, que estas cuentas individuales sufragarían sólo, parte o todo, el coste del despido objetivo procedente (20 días salario año) y no el diferencial con la improcedencia extintiva (33 días salario año) o las mejoras pactadas en despidos colectivos, que serían a cargo siempre de la empresa”, precisa la fundación.
SEMANA LABORAL DE 4 DÍAS
Por otro lado, sobre la jornada laboral semanal de cuatro días, dice que “es una idea atractiva, con gran recorrido futuro”, pero que “no debe conducir a espejismos ni a equívocos”.
A su entender, no hay que caer en el error de una reducción generalizada de las jornadas semanales o de la jornada anual vigente.
“El camino hacia jornadas laborales semanales de cuatro días no está siendo, ni debe ser, el de la imposición legal, sino el de la adecuación a la productividad empresarial a través de la negociación colectiva o los pactos individuales con los trabajadores. No es necesaria una ley de reducción de la jornada máxima legal, aquí de 40 horas semanales de promedio en cómputo anual, reducidas por la negociación colectiva o pacto individual con herramientas de flexibilidad, para conseguir este objetivo”.
En materia de teletrabajo, Fedea pide “suprimir la actual legislación” y “recuperar la regulación común del teletrabajo, sin distinción de umbrales, y exigir, tan sólo, este formalismo rígido en trabajos a distancia a tiempo completo”.
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