MADRID, 04 (SERVIMEDIA)
Facua-Consumidores en Acción valoró este martes “positivamente” la medida en la que trabaja el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 de prohibir la venta de bollería industrial y de bebidas azucaradas y energéticas en los centros educativos, si bien recordó que el desarrollo de esta norma “llega 14 años tarde” y pide extender dicha prohibición a hospitales y centros sanitarios.
Así lo reivindicó en un comunicado en el que precisó que la Ley 17/2011, de 5 de julio, de seguridad alimentaria y nutrición recoge, entre las medidas especiales dirigidas al ámbito escolar, que, en las escuelas infantiles y en los centros escolares “no se permitirá la venta de alimentos y bebidas con un alto contenido en ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans, sal y azúcares. Estos contenidos se establecerán reglamentariamente”.
“Es precisamente ese reglamento el que ahora está desarrollando el Gobierno sobre una ley que se aprobó en el año 2011”, abundó, al tiempo que lamentó que “se haya tardado tanto tiempo en redactar una norma que afecta a un colectivo especialmente sensible con la alimentación como son los menores y adolescentes”.
No obstante, dijo “defender” todas aquellas medidas que “vayan orientadas a la protección de la salud y el fomento de una alimentación y unos hábitos de vida saludables”.
En este contexto, pide al Gobierno que incluya en la normativa en la que está trabajando un “refuerzo” de los controles en los centros educativos públicos y privados para “garantizar” que se cumple la prohibición de vender este tipo de productos entre los menores y adolescentes.
“Para ello, es necesario que se realicen evaluaciones presenciales extraordinarias para detectar posibles irregularidades que se pudiesen estar cometiendo una vez que la norma esté en vigor”, apostilló.
POLÍTICAS COHERENTES
Tras reclamar al Ejecutivo que desarrolle políticas “coherentes” y trabaje para “hacer extensible” esta norma de prohibir la venta de bollería industrial y de bebidas azucaradas y energéticas a “todos los hospitales y centros sanitarios tanto públicos como privados”.
“No es de recibo que los profesionales sanitarios insten a los usuarios a tener hábitos de vida saludables y cuidar su alimentación cuando en los propios centros sanitarios tienen acceso a máquinas vending en las que pueden encontrar este tipo de productos especialmente azucarados”, sentenció.
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