MADRID, 22 (SERVIMEDIA)
El Sistema de Seguridad Social ha experimentado un aumento significativo en su déficit por operaciones no financieras a cierre del cuarto trimestre de 2023, ya que alcanzó los 8.627 millones de euros, lo que equivale al 0,59% del PIB, frente al 0,35% del trimestre anterior (octubre 2022-septiembre 2023) y el 0,52% registrado en diciembre de 2022.
Son cifras de un estudio realizado por el Observatorio de pensiones de WTVV en colaboración con el Grupo de Investigación en Pensiones y Protección Social, a partir de los datos oficiales del propio Gobierno, y que explica que el incremento del déficit es el resultado del aumento de los gastos del 2,6%, mientras que los ingresos crecieron solamente un 0,8%. En términos absolutos, los ingresos anuales fueron de 201.317 millones de euros frente a gastos de 209.944 millones de euros.
Por otro lado, el déficit anual contributivo, resultante de introducir ajustes en los ingresos y gastos por operaciones no financieras para excluir los ingresos y gastos no contributivos y las transferencias internas, ha subido en términos absolutos a 28.394 millones de euros y en términos relativos al 1,94% del PIB, frente a 26.930 (1,87%) del trimestre anterior.
Si se lleva a cabo una comparación con el cuarto trimestre de 2019 (antes de la pandemia), en aquel momento el déficit contributivo era de 19.791 millones de euros, que suponía el 1,59% del PIB, por lo que el estudio señala que “seguimos estando, tanto en términos absolutos como relativos, por encima del dato de déficit contributivo prepandemia”.
El descenso del déficit contributivo desde el máximo de 2020 (2,75% del PIB) se ha estancado en 2023 (1,94% frente a 1,95% de 2022), por lo que este 2024 será importante para ver si la tendencia se invierte y vuelve a aumentar o sigue disminuyendo.
En este sentido, el director asociado del área de Retirement, Rafael Villanueva, destacó que “el año 2024 será fundamental para determinar si podemos continuar mejorando nuestro déficit. Observar que las cotizaciones sociales han aumentado es positivo, ya que refleja un aumento en la actividad económica y la empleabilidad. Sin embargo, este aumento es contrarrestado por el crecimiento sustancial de los gastos de pensiones contributivas, impulsado por la necesidad de mantener el poder adquisitivo frente a la inflación, lo que nos sitúa en un punto crítico”.
El profesor titular de la Universidad de Valencia y miembro del Observatorio de las Pensiones de WTW, Enrique Devesa, apuntó que “enfrentamos desafíos significativos” debidos al desequilibrio entre gastos e ingresos: “Este tipo de desequilibrio pone en evidencia la presión continua sobre nuestras estructuras financieras y la necesidad de estrategias más efectivas para gestionar los recursos”.
A pesar de las mayores transferencias del Estado, recomendadas por el Pacto de Toledo, el déficit por operaciones no financieras se ha mantenido por encima del 0,5% del PIB. “Este hecho, junto con un déficit contributivo que se ha estabilizado en el 1,94% del PIB, sugiere que el año 2024 será crucial para observar si se continúa con la mejora del déficit o si se produce un cambio de ciclo”, señalan las conclusiones del estudio.
“La evolución de los ingresos y gastos del sistema seguirá estrechamente ligada a la dinámica macroeconómica, así como a las políticas implementadas para gestionar tanto las cotizaciones como las pensiones. Los próximos meses serán determinantes para evaluar la sostenibilidad financiera a largo plazo del sistema”, concluye.
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