MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
El jefe de servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Quirónsalud Valle del Henares, Agustín Arroyo Bielsa, ha destacado la utilidad de la termo ablación con radiofrecuencia para el tratamiento de las varices.
Las varices forman parte de una enfermedad más global denominada enfermedad venosa crónica, donde la carga genética es muy importante, si bien el experto ha asegurado que hay otros factores como los hormonales y la postura que también influyen.
Todos los estudios epidemiológicos que se han hecho en España indican que hasta un 60-70 por ciento de la población tiene algún tipo de signo o síntoma, aunque en la mayoría de los casos son leves. La enfermedad venosa crónica se suele clasificar en 6 estadios, de C1 a C6: donde C1 hace referencia a las varices estéticas o arañas, y C2 a las varices médicas o tronculares.
Estas varices médicas, generalmente secundarias a una insuficiencia de las válvulas de la vena safena, deben tratarse por 3 razones básicamente pueden generar síntomas más o menos molestos como dolor, pesadez, hormigueo, calor, hinchazón de tobillos o picor; desarrollar complicaciones agudas con tromboflebitis o trombosis venosa; y suelen evolucionar lentamente hacia estadios más avanzados de la enfermedad como C3-edema, C4-manchas en la piel, y C5 y 6-úlceras varicosas, ya que con los años se van produciendo una serie de cambios cutáneos (pigmentación, fibrosis, etc.,) que a la larga resultan irreversibles.
“Con el final del verano y la llegada del otoño, cuando hace menos calor y hay menos horas de sol, es un buen momento para plantearse el tratamiento de estas varices”, ha dicho Arroyo Bielsa. Para ello es fundamental la valoración por un especialista en Angiología y Cirugía Vascular, que además practicará una prueba sencilla (EcoDoppler venoso), para orientar hacia el mejor tratamiento posible.
En su Unidad, señala Arroyo, se decantan por la termo ablación con radiofrecuencia para el tratamiento de las varices tronculares, que permite tratar la vena safena cerrándola desde dentro gracias al calor que genera.
“Mediante una punción se puede entrar en la vena y navegar por dentro, trabajando desde el mismo interior de la vena. De esta manera no es necesario hacer incisiones, no requiere anestesia general o epidural, y no precisa ingreso hospitalario. El paciente abandona el hospital, tras un pequeño”, ha zanjado.
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