MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
El doctor Antonio Hernández, médico especialista en medicina integrativa, advierte de que el agotamiento característico del verano puede derivar en una menor actividad sexual, ya que favorece la aparición de desequilibrios en hormonas como el cortisol o la testosterona; así como problemas en neurotransmisores como la serotonina, la dopamina o las endorfinas.
“A este decaimiento nada ayuda que muchas personas encuentren dificultades para dormir, lo que agravará todavía más los desequilibrios hormonales y la falta de libido”, ha detallado el doctor, para explicar que la frecuente deshidratación que se sufre en los meses de verano es “otro factor a tener en cuenta”.
“El hecho de que nos expongamos a mayor temperatura y humedad puede generar deshidratación corporal y alteraciones en moléculas como la angiotensina, lo que puede provocar problemas en la presión arterial y vasoconstricción en el pene”, explica. Por todo ello, muchos hombres desarrollan una disfunción eréctil durante el verano si no previenen la deshidratación.
Tal y como afirma el experto, a pesar de que el verano puede generar un impacto positivo en el impulso y la calidad de las relaciones sexuales, “también se trata de una estación en la que afloran muchos de los problemas sexuales que las personas camuflan durante el resto del año”, ha explicado el doctor Antonio Hernández.
“El hecho de que en otras épocas estemos más ocupados a nivel laboral o tengamos menor vida social hace que nuestros pensamientos no estén involucrados con la posible falta de libido, la disfunción eréctil, la eyaculación precoz o la ausencia de orgasmos”, ha proseguido.
Además, otro de los problemas que acontece en esta estación ocurre en las parejas que durante el año están totalmente involucradas en otras obligaciones diarias que “restan protagonismo a la esfera sexual”, según el doctor. “En vacaciones hay más tiempo para liberarse, pero la falta de intimidad puede provocar nerviosismo, ansiedad e inestabilidad”, detalla.
Otro problema tiene que ver con que algunas personas tienen cierta aprensión a tener relaciones sexuales en verano debido a cierta fobia al sudor y el olor de la pareja, que es más intenso en esta época.
Con todo, el experto apela a la tranquilidad. “Tenemos que reconocer que muchos de los problemas que surgen en verano pueden ser pasajeros y estar relacionados con una base fisiológica totalmente coherente, por eso es importante relativizar y entender que probablemente unos meses después todo volverá a la normalidad”, concluye.
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