MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Estados Unidos ha lamentado este lunes la decisión de las autoridades malienses de revocar el mandato de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de la ONU en Malí (MINUSMA), exigiendo la “retirada sin demora” de las tropas.
“Nos preocupan los efectos que esta decisión tendrá sobre la seguridad y las crisis humanitarias que afectan al pueblo maliense”, ha declarado el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, según se puede leer en un comunicado.
El portavoz ha presentado su “pleno apoyo” a la MINUSMA y a su líder, El Ghassim Wane, y ha subrayado que la retirada “debe ser ordenada y responsable, dando prioridad a la seguridad de las fuerzas de mantenimiento de la paz y de los malienses”.
Asimismo, ha manifestado que el Gobierno de transición de Malí debe seguir cumpliendo con “todos” sus compromisos, incluida la transición a un gobierno elegido democráticamente en marzo de 2024 y dirigido por civiles.
Por último, Miller ha señalado que Washington seguirá trabajando con los socios en África Occidental para “ayudarles a abordar los urgentes retos de seguridad y gobernanza a los que se enfrentan”, mientras que ha celebrado las nuevas consultas con los líderes regionales sobre medidas para promover la estabilidad y prevenir conflictos.
El ministro de Exteriores de Malí, Abdoulaye Diop, exigió este viernes ante el Consejo de Seguridad de la ONU la “retirada sin demora” de la misión, al considerar que la MINUSMA “parece convertirse en parte del problema al alimentar las tensiones comunitarias exacerbadas por acusaciones de extrema gravedad y que son muy perjudiciales para la paz, la reconciliación y la cohesión nacional”.
Diop también rechazó todas las iniciativas del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, para reformar el mandato de la MINUSMA en un intento por suavizar las tensiones con Bamako, que expulsó en febrero al director de la oficina de Derechos Humanos de la misión, Guillaume Ngefa-Atondoko Anda, por actividades “desestabilizadoras y subversivas”.
Después de las declaraciones de Diop, el Consejo de Seguridad de la ONU resaltó que la presencia de la misión es “esencial” para mantener la estabilidad en la región, donde ha destacado la “interminable violencia contra la población civil desatada por Estado Islámico en el noreste de Malí”.
Las relaciones del país con la misión también se han visto afectadas por un informe de la ONU sobre la matanza de más de 500 personas en marzo de 2022 en la ciudad de Moura (centro), en el que se apuntaba al Ejército como principal responsable. El Gobierno rechazó “vigorosamente” el informe, y aseguró que las imágenes obtenidas por satélite por los investigadores constituyen un delito de “espionaje”.
El líder de la junta militar de Malí, Assimi Goita, ya había puesto el foco sobre la MINUSMA en estos últimos meses, reclamándole una mayor colaboración con el Ejército a la hora de llevar a cabo sus operaciones. La misión tiene desplegados ‘cascos azules’ en el país desde 2013, si bien las relaciones se han deteriorado a raíz de los golpes de Estado liderados por Goita en agosto de 2020 y mayo de 2021 y los aplazamientos por parte de la junta a la hora de fijar un calendario electoral para una transición democrática.
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