MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
Expertos participantes en una jornada este martes en el hospital La Salud de Valencia han pedido al personal sanitario que denuncie las agresiones que sufran en los centros ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FFCCSE).
Las agresiones al personal sanitario se incrementan año tras año y las cifras de denuncias puestas ante los colegios profesionales tanto médicos como de enfermería lo avalan. En 2022, se denunciaron ante la Organización Médica Colegial de España 843 agresiones; sin embargo, apenas una cuarta parte se convirtieron en denuncia ante la Policía Nacional.
En el caso de la enfermería, el presidente del Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana, Juan José Tirado, ha señalado que “las denuncias no llegan ni al 10 por ciento de los casos reales”. En 2022, 20 enfermeras denunciaron ante el Colegio acciones violentas. Es un 25 por ciento más que en 2021 que fueron 16, pero es una cifra que “está muy lejos de la realidad”.
El motivo por el cual los sanitarios no denuncian, han asegurado los tres expertos, es el miedo. Sin embargo, Mª Isabel Reviejo, inspectora jefe de la Policía Nacional e interlocutor policial sanitario, ha insistido en que “si no hay denuncia, no se puede actuar judicialmente”.
“Es muy importante siempre realizar un parte de lesiones y poner la denuncia ante la Policía Nacional que de inmediato la traslada al juzgado de instrucción”, ha insistido al respecto.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Derecho Sanitario de la Comunidad Valenciana, Carlos Fornés, ha lamentado que “las penas tipificadas en el Código Penal son bajas”. En este sentido, ha aportado varios ejemplos de sentencias, como una en la que una agresión física con golpes se saldó con una multa de 180 euros.
Según un informe realizado por la Organización Médica Colegial (OMC), en 2022 el 43 por ciento de las agresiones fueron en atención primaria y el 27 por ciento en el hospital, mientras un 9 por ciento en Urgencias. Los tipos de lesión fueron en 2022 un 47 por ciento insultos y vejaciones, un 37 por ciento amenazas y coaccione y un 16 por ciento lesiones
Las causas de las agresiones son en más de la mitad de los casos simplemente por discrepancias con la asistencia médica recibida. En un 13,8 por ciento por discrepancias personales, en un 12,4 por ciento por no recetar lo que el paciente quería y casi una de cada 10 agresiones es porque los informes realizados por los profesionales no son los que pretendían los pacientes.
Los agredidos son mayoritariamente mujeres (61 por ciento), del grupo de edad de entre 36 y 45 años, aunque se aprecia un crecimiento de agresiones a menores de 35 años, siendo una tendencia al alza a lo largo de los últimos años.
La tipología del agresor, según la Policía Nacional, “es un hombre de entre 36 y 55 años que puede ser paciente o acompañante”. “En la mayoría de los casos sufren trastornos mentales y son consumidores de alguna droga, buscan algún fin personal o bien arrastran algún tipo de frustración”, ha señalado la experta.
¿QUÉ HACER PARA PREVENIR LAS AGRESIONES?
La Inspectora Reviejo ha dado algunas pautas de cómo actuar para prevenir las agresiones, como detectar al paciente potencialmente agresivo que normalmente emite señales o mantener la calma y no responder a las provocaciones.
En caso de que persista la actitud violenta, la experta ha aconsejado a los sanitarios dar por finalizada la conversación; tener siempre una vía de escape abierta; tener el mobiliario de la consulta distribuido para mantener la seguridad (la silla del médico debe estar más cerca de la puerta que la del paciente); retirar del alcance del paciente objetos punzantes y arrojadizos; llevar las tijeras y cuters en los bolsillos internos; y conocer los métodos del centro de trabajo para pedir ayuda (teléfono del vigilante).
Si aun así no se evita el incidente, lo más importante, según Reviejo, es “autoprotegerse, nunca actuar en solitario, dejar un metro de distancia de seguridad y nunca dar la espalda al agresor; mejor ponerse de perfil”.
Por último, ha recordado que al dar malas noticias siempre es mejor estar acompañado porque puede ser un detonante para la situación violenta. “En caso de que la agresión se produzca, siempre protegerse, seguir las indicaciones del agresor e caso de que tenga un arma y no enfrentarse. Hay que gritar y si se puede, huir”, ha remachado.
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