MADRID, 06 (SERVIMEDIA)
Cada año se detectan en España entre 700 y 850 casos de malaria importada, es decir, en pacientes que se han infectado en una zona endémica, principalmente en África.
Solo un 15% de esos casos se relaciona con especies de malaria que podrían ser transmitidas eficazmente por el mosquito ‘Anopheles maculipennis’.
Un estudio reciente coordinado por investigadores de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), el Centro Nacional de Epidemiología (ISCIII) y el Centro de Investigaciones Biomédicas en Red en Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp) analiza la distribución del principal mosquito transmisor de malaria o paludismo presente en España.
En el estudio participaron investigadores de universidades, centros de investigación, empresas de control de plagas y servicios de control de mosquitos. El trabajo refleja que el mosquito ‘Anopheles maculipennis’ está ampliamente distribuido en España, con una especial predilección por desembocaduras y valles de ríos con zonas de cultivo de regadío.
La malaria o paludismo es una grave enfermedad presente en muchos países tropicales, producida por la infección por protozoos del género ‘Plasmodium’ transmitidos por mosquitos del género ‘Anopheles’.
Sin embargo, antiguamente su transmisión también era frecuente en otras zonas del mundo, como la mayor parte de Europa y otros países económicamente desarrollados.
Las campañas de erradicación realizadas a mediados del siglo XX consiguieron hacerla desaparecer en muchos países, entre ellos España, que en 1964 se declaró libre de malaria.
CASOS MUY ESPORÁDICOS
Desde entonces se registran casos muy esporádicos de transmisión local por la llegada de viajeros infectados y la presencia en el territorio de los mosquitos capaces de transmitir el parásito.
En España, solo se han registrado dos casos de transmisión local durante este siglo debido a la picadura de mosquitos.
Los investigadores analizaron los mosquitos presentes en más de 3.000 localidades en la península y Baleares.
“Aunque el riesgo de transmisión local es muy bajo, estos modelos son útiles para identificar las zonas con un mayor riesgo de transmisión local, y es necesario seguir medidas profilácticas cuando se viaje a países donde la malaria es endémica”, señala Jordi Figuerola, investigador de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) e investigador principal del Ciberesp.
Diana Gomez Barroso y Beatriz Fernández, investigadoras del Centro Nacional de Epidemiologia y del Ciberesp, consideran “muy importante que los viajeros conozcan el riesgo que hay en las áreas a visitar y sepan cómo actuar al regreso”.
“Además, los profesionales sanitarios deben saber cómo reconocer y actuar ante enfermedades importadas como la malaria, incluyendo su notificación al sistema de salud pública para su vigilancia y para poder llevar a cabo las actuaciones oportunas”, concluyen.
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