MADRID, 17 (SERVIMEDIA)
España recuperó el año pasado cerca de la mitad de la esperanza de vida que perdió en 2020, año en que estalló la pandemia de la covid-19.
Así se desprende de un estudio realizado por ocho investigadores de instituciones de Alemania, Dinamarca, Estonia y Reino Unido, y publicado este lunes en la revista ‘Nature Human Behavior’. El trabajo se basa en datos entre 2015 y 2021 de 29 países europeos, Chile y Estados Unidos.
La esperanza de vida al nacer es el número medio de años que se espera que viva una persona recién nacida si los patrones de mortalidad no varían a lo largo de su etapa vital.
El estudio apunta que el coronavirus ha causado un impacto prolongado en los niveles de esperanza de vida, lo que ha llevado a cambios de mortalidad global sin precedentes en los últimos 70 años.
España perdió 15,0 meses de esperanza de vida en 2020 debido a la pandemia de la covid-19, una cifra inferior solamente a las de Estados Unidos (-25,5 meses) y Bulgaria y Lituania (-17,8), dentro de los 29 países analizados. En cambio, hubo un repunte únicamente en Noruega (2,0 meses más) y Dinamarca (1,1 más).
Dieciséis de los 29 países experimentaron de nuevo caídas en la esperanza de vida en 2021, sobre todo en Bulgaria (-25,1 meses), Eslovaquia (-23,9) y Estonia (-21,5). Sin embargo, España se coló entre los que más la recuperaron (7,6 meses más), solo por detrás de Bélgica (10,8) y Suiza (7,7).
Así pues, España recuperó el año pasado prácticamente la mitad de la esperanza de vida que perdió en 2020. No en vano, la mayor parte de Europa occidental experimentó un repunte en 2021.
DIVISIÓN ENTRE OESTE Y ESTE
En anteriores epidemias mundiales se produjo una rápida recuperación de los niveles de esperanza de vida, pero la escala y la magnitud de la covid-19 en cuanto a mortalidad tumba las afirmaciones de que no ha tenido más impacto que una enfermedad similar a la gripe.
Las pérdidas de esperanza de vida durante las epidemias recurrentes de gripe en la segunda mitad del siglo XX fueron mucho menores y menos generalizadas que las observadas durante la covid-19, según los autores del estudio.
En 2021 se produjo una clara división geográfica. Así, la mayoría de los países de Europa occidental recuperaron esperanza de vida, algo que fue casi completo en Suecia, Finlandia, Dinamarca y Suiza, que volvieron a niveles anteriores a la pandemia.
Pero Europa del este y Estados Unidos empeoraron sus esperanzas de vida durante el año pasado. La experimentada por esos países europeos se asemejó a la vivida por última vez con la desintegración de la Unión Soviética, en la década de 1990.
Esta división entre oeste y este en la esperanza de vida durante la covid-19 generalmente refleja mayores pérdidas en países que tenían niveles de esperanza de vida más bajos antes de la pandemia. Bulgaria fue el más afectado de los países estudiados, con una disminución en la esperanza de vida de casi 43 meses durante los dos años de la pandemia.
“Bulgaria, Chile, Croacia, República Checa, Estonia, Alemania, Grecia, Hungría, Lituania, Polonia y Eslovaquia sufrieron déficits de esperanza de vida sustancialmente mayores en 2021 en comparación con 2020, lo que indica un empeoramiento de la carga de mortalidad en el transcurso de la pandemia”, indica el estudio.
VACUNACIÓN
Además de la esperanza de vida previa a la pandemia, parecía haber un efecto de vacunación que seguía la misma división entre el oeste y el este en Europa. Las naciones con proporciones más altas de personas completamente vacunadas tuvieron déficits de esperanza de vida más pequeños.
Las personas con edades más avanzadas, especialmente los mayores de 80 años -que coparon la mayor parte de las muertes en 2020-, se beneficiaron de la protección de la vacuna y una disminución del exceso de mortalidad en 2021.
“Un cambio notable entre 2020 y 2021 fue que los patrones de edad del exceso de mortalidad cambiaron en 2021 hacia grupos de edad más jóvenes, ya que las vacunas comenzaron a proteger a los ancianos”, indica Ridhi Kashvap, del Centro Leverhulme de Ciencias Demográficas de la Universidad de Oxford (Reino Unido).
No obstante, los autores han detectado “valores atípicos” con pérdidas de esperanza de vida sorprendentemente altas pese a las altas tasas de vacunación.
“La priorización por edad del lanzamiento de la vacuna y los tipos de vacunas utilizadas pueden explicar algunas de estas diferencias, así como las correlaciones entre la aceptación de las vacunas y el cumplimiento de las intervenciones no farmacéuticas o la capacidad general del sistema de atención de la salud”, recalca Jonas Schöley, del Instituto Max Planck (Alemania), que agrega: “Países como Suecia, Suiza, Bélgica y Francia lograron una recuperación a los niveles de esperanza de vida previos a la pandemia porque lograron proteger tanto a los ancianos como a los jóvenes”.
“En 2020, las pérdidas en la esperanza de vida sufridas en Brasil y México superaron las experimentadas en Estados Unidos, por lo que es probable que estos países hayan seguido sufriendo impactos en la mortalidad en 2021, incluso potencialmente excediendo los 43 meses que estimamos para Bulgaria”, sostiene José Manuel Aburto, de la Universidad de Oxford.
El estudio concluye: “Es plausible que los países con respuestas de salud pública ineficaces experimenten una crisis de salud prolongada inducida por la pandemia con estancamientos a medio plazo en las mejoras de la esperanza de vida, mientras que otras regiones logran una recuperación más suave para volver a las tendencias previas a la pandemia”.
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