MADRID, 04 (SERVIMEDIA)
España se convirtió este martes en el primer país de la UE en ratificar el Tratado Global de los Océanos, aprobado en marzo de 2023 y abierto a la firma de los Estados en septiembre de ese año. Este pacto internacional pretende declarar área protegida un 30% de la superficie de alta mar antes de 2030, cuando actualmente solo un 1% lo está.
El embajador representante permanente de España ante la ONU, Héctor Gómez, depositó en Nueva York (Estados Unidos) el instrumento de ratificación de la denominada ‘Constitución de los océanos’ o ‘tratado de alta mar’.
El tratado se abrió a la firma en Naciones Unidas en septiembre de 2023 y actualmente ya son 16 los que lo han llevado a cabo: Bangladesh, Barbados, Belice, Chile, Cuba, España, Maldivas, Mauricio, Micronesia, Mónaco, Palaos, Panamá, Seychelles, Singapur, Santa Lucía y Timor Oriental. Para que entre en vigor es necesario que 60 países ratifiquen, se adhieran, acepten o aprueben el pacto.
Ese instrumento internacional, denominado Acuerdo en virtud de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar sobre la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional, fue adoptado en marzo de 2023 tras cinco rondas de negociaciones y después de que los primeros trabajos comenzaran en 2004.
“FIRME COMPROMISO”
La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, dio a conocer esta tarde en Madrid esa “muy buena noticia” junto con representantes de las principales organizaciones ecologistas españolas.
Aagesen indicó que, con ello, España muestra su “firme compromiso con la conservación de los océanos” y supone “una llamada a nivel internacional para que otros países se sumen lo antes posible” para que el tratado entre en vigor.
Comentó que el tratado es un instrumento global jurídicamente vinculable que persigue proteger la biodiversidad en alta mar, es decir, en aguas más allá de 200 millas náutica (límite de las aguas de jurisdicción nacional).
Con ello, añadió que el mundo se enfrentaría “de manera unida” a la triple crisis de cambio climático, contaminación y pérdida de biodiversidad.
Aagesen indicó que dos terceras partes de las aguas oceánicas son internacionales y esos ecosistemas sufren “enormes presiones” por el cambio climático, la sobreexplotación pesquera y la contaminación.
“España asume el liderazgo de la agenda ambiental”, comentó, antes de recalcar que las costas españolas abarcan alrededor de 8.000 kilómetros y la economía deseos lugares es “muy dependiente” de los recursos marinos.
“Proteger la salud de los océanos es una cuestión ambiental de primer orden y una cuestión estratégica. Debemos asumir el liderazgo y un rol proactivo”, comentó, antes de augurar que Niza (Francia), donde el próximo junio se celebrará la tercera conferencia de la ONU sobre océanos, será para la protección de los océanos lo que fue París en 2015 para la lucha contra el cambio climático.
“INDIVIDUALISMO SALVAJE”
Por otro lado, la directora ejecutiva de Greenpeace, Eva Saldaña, comentó en ese mismo acto que “poco más” de un 1% de las aguas oceánicas internacionales están actualmente protegidas y el tratado ayudará a que ese porcentaje avance hacia un 30% en 2030. “Podríamos tener santuarios donde la actividad humana no se desarrollase”, indicó.
El secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, celebró la ratificación del tratado mientras “la llamada al individualismo salvaje resuena en todos los lugares del planeta” y “se cuestiona a la ciencia con ataques frontales”, al tiempo que destacó que las aguas jurisdiccionales sufren “un estrés insostenible” por actividades humanas, con lo que calificó de “far west” lo que ocurre más allá de 200 millas náuticas de las costas.
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