MADRID, 09 (SERVIMEDIA)
Un total de 1.145 personas perdieron la vida el año pasado en las carreteras españolas, lo que supone la cifra más alta desde 2019, que entonces ostentaba el mínimo histórico anual de víctimas mortales en vías interurbanas antes de que las restricciones de movilidad por la pandemia de la covid-19 contribuyeran a reducir la letalidad vial en 2020 y 2021.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, dio a conocer este lunes las cifras provisionales de la siniestralidad vial de 2022 en una rueda de prensa en Madrid acompañado de la subsecretaria del Ministerio del Interior, Isabel Goicoechea; la secretaria general de la Dirección General de Tráfico (DGT), María Lidón Lozano; el director del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, Álvaro Gómez, y el general jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, José Ignacio Criado.
Los datos son provisionales y se refieren a siniestros en vías interurbanas contabilizados a un máximo de 24 horas tras los accidentes. Marlaska comentó que el año pasado fue el primero de “normalidad” tras la covid-19, aunque comparó los datos con 2019 porque en 2022 hubo restricciones de movilidad hasta el 10 de mayo.
En 2022 hubo 1.042 siniestros mortales en las carreteras, en los que fallecieron 1.145 personas (un 4% más respecto a las 1.101 de 2019) y otras 4.008 resultaron heridas graves (un 10% menos sobre las 4.433 de hace cuatro años). En 2020 se registraron 874 muertos en vías interurbanas y en 2021 fueron 1.002.
Ello se produjo en un contexto de incrementos de movimientos de largo recorrido por carretera (439,8 millones, un 3% más que en 2019), el parque de vehículos (36,5 millones, un 3,6% más) y el censo de conductores (27,5 millones, un 0,8% más).
DOS MESES “DRAMÁTICOS”
En 2022 se registraron “dos meses especialmente dramáticos”, según Marlaska, puesto que en enero murieron 100 personas en las carreteras (el dato más alto en 10 años) y en abril perdieron la vida otras 99 (la mayor cifra en ocho años). En cambio, 21 días acabaron sin víctimas mortales, mientras que en 2019 fueron 30.
Además, el día de Nochebuena fallecieron siete personas por un siniestro en autobús que se despeñó a un río en Pontevedra. Hay que remontarse a 2016 para encontrar un suceso con un número tan elevado de víctimas mortales.
“Con estas cifras no podemos estar satisfechos. En siniestralidad vial nunca puede haber lugar para la celebración o la felicitación. La siniestralidad en carretera nunca es buena, puesto que un solo muerto en carretera es demasiado”, indicó Marlaska.
Por tipos de vía, tres de cada cuatro fallecidos se concentraron en carreteras convencionales concentraron tres de cada cuatro fallecidos (concretamente, 833, un 73%) y uno en autopista o autovía (312).
La salida de la vía estuvo presente en casi la mitad de los fallecidos (un 42%, 13 puntos más que en 2019). Detrás de estos siniestros está “una distracción o una velocidad inadecuada”, según Marlaska.
CAMBIO DE TENDENCIA
En 2022 cambió la tendencia por tipo de usuario, puesto que se redujo un 5% la cifra de fallecidos vulnerables (en moto, bicicleta o peatones), al sumar 422 víctimas mortales (22 menos que en 2019), sobre todo en motoristas (251 fallecidos, 35 menos), pues aumentaron las muertes en peatones (126, 8 más) y ciclistas (44, 4 más). Por el contrario, aumentó un 10% el dato de muertos que viajaban en coche.
Un 25% de los fallecidos en automóvil o furgoneta (142) no llevaban puesto el cinturón de seguridad, así como nueve ciclistas y cinco motoristas no tenían casco.
Las franjas de edad con mayores descensos en la mortalidad fueron las de 25 a 34 años (un 11% menos que en 2019) y de 45 a 54 años (un 9% menos), en tanto que aumentaron en la de 55 a 64 años (un 23% más)
Por comunidades autónomas, hubo incrementos de personas fallecidas sobre todo en Castilla y León (40 más que en 2019), Andalucía (25), Castilla-La Mancha (15), y los principales descensos se produjeron en la Comunidad de Madrid (-20), Cataluña (-18) y País Vasco (-13).
MEDIDAS PARA 2023
Por otro lado, Marlaska avanzó que el Gobierno trabajará este año en varios focos, con “especial interés” en “profundizar en la educación, en la formación y en la concienciación en seguridad vial desde los más jóvenes”.
Así, trabajará en la implantación de la educación vial y la movilidad segura y sostenible en los planes de estudio de primaria, secundaria y bachillerato. “El objetivo es que todos los alumnos salgan del sistema educativo con la adecuada formación como ciudadanos, como peatones y como usuarios de la bicicleta y de vehículos de movilidad personal” añadió.
Además, 2023 consolidará la formación reglada con el título de técnico superior en formación para la movilidad segura y sostenible en la Formación Profesional; se desarrollarán cursos de conducción segura y eficiente para enseñar a gestionar dificultades y situaciones de emergencia durante la conducción, y se fomentarán los cursos bonificados para personas con mayor exposición al riesgo, así como cursos de conducción segura para trabajadores en moto.
Otro foco estará en la vigilancia y el control en las carreteras, de manera que este año habrá otros 114 agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y 88 nuevos puntos de control de velocidad.
“Urge lanzar una llamada de alerta y de preocupación, apelar a la prudencia y a la responsabilidad. Las estadísticas nos siguen mostrando demasiados muertos y demasiados heridos graves en carretera. Mucho sufrimiento que podría evitarse”, concluyó Marlaska.
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