MADRID, 13 (SERVIMEDIA)
Los mamíferos en peligro de extinción que viven dentro de hábitats protegidos en los bosques tropicales corren peligro por amenazas lejanas de sus santuarios.
Así se explica en un estudio realizado por un equipo internacional de 45 investigadores pertenecientes a instituciones de Alemania, Australia, Bélgica, Brasil, Canadá, China, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Francia, Indonesia, India, Italia, Madagascar, Malasia, México, Noruega, Países Bajos, Panamá, Reino Unido, Sudáfrica, Tanzania y Uganda, y publicado este jueves en la revista ‘PLOS ONE’.
Los bosques tropicales contienen la mayor parte de la biodiversidad de la Tierra, pero también albergan altas concentraciones de especies amenazadas. Constituyen menos de una décima parte de la superficie de la Tierra, pero albergan más del 60% de las especies conocidas.
En esos enormes depósitos de biodiversidad hay una mayor concentración de especies en peligro de extinción que en cualquier otro lugar de la Tierra. Estas regiones también están bajo una enorme presión, ya que las tierras tropicales se están transformando rápidamente para fines industriales y agrícolas.
En todo el mundo, los gobiernos regionales y los grupos internacionales están estableciendo nuevas áreas protegidas para frenar la pérdida de especies amenazadas.
Sin embargo, el estudio demuestra que las especies dentro de esas áreas protegidas aún podrían verse afectadas por amenazas fuera de estas fronteras.
CÁMARAS TRAMPA
Los investigadores recopilaron datos de casi 560.000 imágenes de cámaras trampa de 239 especies de mamíferos en bosques tropicales de Asia, África y América. En cada área, midieron la riqueza y distribución de la comunidad de mamíferos y probaron cómo esas métricas respondían a la densidad de población humana y la alteración del hábitat en las áreas circundantes.
“Descubrimos que los bosques tropicales cerca de más personas tienen menos especies de mamíferos. Esto sugiere que algunas especies no sobreviven incluso cuando los bosques están protegidos, como en los parques nacionales”, indica Lydia Beaudrot, de la Universidad Estatal de Michigan (Estados Unidos).
Actividades como la tala indiscriminada u otras transformaciones de la tierra presentan algunas de las amenazas más destructivas para los hábitats. Pero incluso la actividad humana persistente, incluida la caza y el simple hecho de vivir junto a áreas protegidas, puede reducir la capacidad de algunos animales para prosperar en zonas protegidas, argumentaron los autores.
La densidad de población humana tuvo un fuerte efecto en el número de especies de mamíferos en un área. Incluso con la vida silvestre restringida dentro de un área protegida y la población humana fuera, el modelo del estudio predice una disminución de un 1% en la riqueza de especies por cada 16 personas por kilómetro cuadrado en el paisaje circundante.
Las comunidades de mamíferos también se vieron afectadas negativamente por la pérdida y fragmentación de los bosques a 50 kilómetros de sus hogares forestales.
Estos resultados muestran que las comunidades que se encuentran dentro de un hábitat protegido pueden verse afectadas negativamente por perturbaciones antropogénicas en el paisaje circundante.
PRESIONES
Los autores sugieren que establecer áreas protegidas por sí solo no es suficiente para conservar la vida silvestre y que estos esfuerzos pueden complementarse con medidas más amplias, como la prevención de la pérdida de bosques a gran escala y la restauración de la conectividad del hábitat en todo el paisaje.
“Nuestros resultados sugieren la existencia de un filtro de extinción antropogénico que actúa sobre los mamíferos en los bosques tropicales, por el cual la superpoblación humana ha llevado a las especies más sensibles a la extinción local, mientras que las restantes pueden persistir, o incluso prosperar, en paisajes densamente poblados y dependen principalmente de la cobertura del hábitat”, según Ilaria Greco, de la Universidad de Florencia (Italia).
Francesco Rovero, también de la Universidad de Florencia, indica que “la conservación de muchos mamíferos en los bosques tropicales depende de la mitigación de los complejos efectos perjudiciales de las presiones antropogénicas mucho más allá de las fronteras de las áreas protegidas”.
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