MADRID, 01 (SERVIMEDIA)
El ejército de Israel ha matado en un año a más mujeres, niñas y niños en Gaza que durante el mismo período en cualquier otro conflicto de las últimas dos décadas, según un informe de Oxfam Intermón publicado este martes.
Cada tres horas, un explosivo impacta sobre las infraestructuras civiles de Gaza, como escuelas, hospitales y puntos de distribución de ayuda, agrega el recopilatorio de datos.
Según sus resultados, las cifras más conservadoras apuntan a que más de 6.000 mujeres y 11.000 niños han perdido la vida en Gaza a manos del ejército israelí durante los últimos 12 meses.
La iniciativa Small Arms Survey estimó que, entre 2004 y 2021, el mayor registro de muertes directas de mujeres en un año tuvo lugar en Iraq en 2016, con más de 2.600.
Por otro lado, un informe de la organización Every Casualty Counts señaló que más de 11.000 niñas y niños perdieron la vida durante los primeros dos años y medio del conflicto sirio, lo que hace un promedio de más de 4.700 muertes al año.
De acuerdo con el informe de Naciones Unidas ‘Los Niños y los Conflictos Armados’, desde 2006 ninguna otra guerra se ha cobrado tantas vidas de menores en el período de un año.
Las cifras de la organización Action on Armed Violence muestran que Israel lanzó un promedio de un ataque cada tres horas sobre infraestructuras civiles en Gaza con armas explosivas desde el comienzo de la guerra y hasta el 23 de septiembre.
Excepto por la pausa humanitaria de seis días del pasado noviembre, solo hubo dos días en todo el año en los que no se produjeron bombardeos.
Los registros -que no son exhaustivos- revelan que las armas explosivas israelíes alcanzan un promedio de un hogar cada cuatro horas; una tienda o refugio temporales cada 17 horas; una escuela u hospital cada cuatro días, y un punto de distribución de ayuda o almacén cada 15 días.
A lo largo del último año, Israel ha cometido violaciones del derecho internacional humanitario tan graves que pueden llegar a constituir crímenes contra la humanidad.
El nivel de destrucción que se observa revela “el uso desproporcionado de la fuerza que ejerce Israel en materia de objetivos militares”, prosigue, y de “la incapacidad de discernir entre un objetivo militar y la población civil”.
El ejército israelí ha lanzado ataques constantes a infraestructuras vitales para la supervivencia de la población civil, que ha sido desplazada por la fuerza decenas de veces a las denominadas “zonas seguras”, que no cumplen las obligaciones humanitarias, y que también han sido bombardeadas o atacadas con regularidad.
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