MADRID, 04 (SERVIMEDIA)
Entre 10.000 y 15.000 menores de 18 años tienen parálisis cerebral en España, lo que supone una prevalencia de 1,5 a 2,5 casos por cada 1.000.
Así lo indicó este viernes la Sociedad española de neurología pediátrica (senep), con motivo del Día Mundial de la Parálisis Cerebral que se celebra este domingo.
Advirtió que, a día de hoy, “muchos casos se diagnostican tarde por la falta de atención a cargo de un pediatra especialista en Neuropediatría”.
Según la presidenta de Senep, Rocío Sánchez-Carpintero, la parálisis cerebral es una enfermedad que exige un diagnóstico precoz, atención temprana, ciertas medicaciones como la toxina botulínica, fisioterapia, rehabilitación, logopedia y terapia ocupacional, así como diversos apoyos para el aprendizaje y las actividades de la vida diaria.
“Necesita, por tanto, un diagnóstico rápido y un tratamiento precoz, que dependen de que los niños sean vistos por un neuropediatra en el primer año de vida”, apuntó.
Explicó que la parálisis cerebral es un trastorno del control motor por lesión cerebral temprana no progresiva, que se asocia con frecuencia a epilepsia y a discapacidad intelectual, aunque no siempre. De hecho, “hay personas con parálisis cerebral que tienen una inteligencia completamente normal”, declaró.
Esta patología produce incapacidad para caminar o dificultades importante para hacerlo, prosiguió, de manera que complica las actividades de la vida diaria por la interferencia en los movimientos. “Esto suele ser debido a la espasticidad (aumento del tono muscular, rigidez), a la distonía (alteración de la coordinación de la contracción muscular), o a la presencia de movimientos anormales que interfieren la actividad voluntaria de la persona”, apuntó.
CAUSAS MULTIFACTORIALES
Las causas de la parálisis cerebral son en general multifactoriales, y se conocen bien los factores de riesgo: prematuridad, sufrimiento al nacer, infartos perinatales, infecciones durante el embarazo, meningitis en la infancia y traumatismos craneoencefálicos.
Según la presidenta de Senep, ahora se van conociendo otras alteraciones genéticas “que dan lugar a un desarrollo alterado del cerebro, con afectación de áreas motoras, entre otras”. “El neuropediatra detecta esta patología al observar los signos tempranos del desarrollo motor, que previamente puede haber detectado el pediatra del niño”.
A su juicio, “es el neuropediatra quien debe indicar las pruebas necesarias para conocer las causas y quien puede confirmar el diagnóstico”. Además, este profesional “identifica y puede tratar los problemas frecuentemente asociados: epilepsia, discapacidad intelectual, trastornos de aprendizaje, déficit de atención, espasticidad, reflujo gastroesofágico, o el estreñimiento, entre otros”, concluyó.
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