MADRID, 01 (SERVIMEDIA)
Ence, a través de su filial Ence Biogás, espera alcanzar una producción de biometano de 1TWh en 2030 trabajando con biomasa agrícola, ganadera y de la industria agroalimentaria. Por su parte, la compañía espera cerrar este ejercicio 2024 alcanzado 14 proyectos en tramitación ambiental principalmente en Castilla y León, Aragón, Cataluña, Castilla-La Mancha y Andalucía.
Así lo anunció la compañía en el Congreso Internacional de Bioenergía que se está desarrollando durante los días 1 y 2 de octubre en Valladolid y en el que también ha puesto énfasis en la importancia del biometano para alcanzar la neutralidad climática mediante la descarbonización del sistema productivo.
La compañía se apoya para impulsar esta línea de negocio en su trayectoria en lo referente a gestión de masas forestales que la posiciona como primera empresa española en generación de energía renovable con biomasa agrícola y forestal.
El Plan REPowerEU de la Comisión Europea concede al biometano un papel destacado en la consecución de los objetivos de independencia energética europeos. Sin embargo, Ence indicó que en España aún queda un importante camino por recorrer. Según la publicación de la Asociación Europea de Biogás (EBA) para 2024, España tan sólo cuenta con nueve plantas de biometano frente a las 675 de Francia -en el ejercicio 2022 se situaban en 477 -, 254 de Alemania, 133 de Italia o 119 de Reino Unido.
Según las estimaciones de EBA, Europa invertirá hasta 2030 un total de 24.500 millones de euros. Dinamarca se sitúa a la cabeza con 3.600 millones euros, en el periodo, seguido de Polonia (3.400 millones), Italia (2.400 millones) o Reino Unidos (2.300 millones). La previsión es que España alcance una inversión de 1.500 millones de euros.
La compañía sostiene que, “a nivel nacional, atendiendo al tamaño del sector agroalimentario y ganadero, España destaca por su elevado potencial en la producción de biometano. Este gas renovable es 100% compatible con la infraestructura gasista existente y también con todos los equipamientos de los usuarios finales, lo que permitiría, impulsar la descarbonización de nuestra economía. A ello se suma su capacidad para promover la economía circular y revitalizar las zonas rurales a través de la creación de empleo local.
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