MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
El Instituto Cervantes acogió este lunes en su sede de Madrid un homenaje al cineasta Carlos Saura (1932-2023) en el marco del cual se depositó un legado ‘in memoriam’ en la Caja de las Letras de la institución cervantina compuesto por una cámara de fotos del director oscense, un guion inédito, un ‘fotosaurio’ (una mezcla de fotografía y dibujo característica de su obra) y varios dibujos originales.
En el homenaje a Carlos Saura estuvieron presentes el director del Cervantes, Luis García Montero; la actriz y viuda de Carlos Saura, Eulàlia Ramón; y Anna y Antonio Saura, hijos del cineasta, según informó la institución cervantina.
El contenido del legado, que se depositó en la caja número 1.468 y que se abrirá dentro de 30 años, incluye un ‘fotosaurio’, una técnica de Carlos Saura que su hija Anna explicó de la siguiente manera: “Cuando una fotografía le salía mal, mi padre aprovechaba y, para no desecharlas, pintaba una parte”.
También hay numerosas imágenes tomadas por el propio Saura en rodajes o con equipos de sus películas (Maribel Verdú o Fernando Fernán Gómez son algunos de los retratados) y algunos autorretratados.
Forman parte del depósito la única fotografía en la que todos los hijos de Carlos Saura están reunidos, los retratos que éste y Eulàlia Ramón se hicieron por primera vez y otra imagen hecha con una Polaroid en la que está los dos hijos de Anna Saura.
En lo concerniente a los objetos personales introducidos en la caja, se encuentran sus gafas graduadas y un original mecanografiado del cuento ‘El amor de mi vida’. En cuanto al guion inédito, se trata de la película ‘¿Querida, me alcanzas el cuchillo?’, uno de los múltiples proyectos de Carlos Saura que no se materializaron.
Sobre este último trabajo, Anna Saura explicó que “hay varios de estos guiones que por determinadas circunstancias no salieron a la luz, pero éste era uno de sus favoritos”, el cual escribió junto a Eulàlia Ramón hace más de 15 años. “Igual dentro de 30 años a alguien le apetezca rodar esta película”, deslizó.
A su vez, la familia de Carlos Saura entregó varios libros escritos por él, entre los que se encuentran, ‘De imágenes también se vive’, ‘Casi unas memorias’, ‘La España de los 50’, ‘Fotosaurios de cine’, un cuaderno escolar de primer grado de Ciencias Físicas y Naturales y otro cuaderno escolar de Geografía de primer grado.
Del mismo modo, se han depositados dos postales de la película ‘Pajarico’, una fotografía de Carlos Saura en 1970 y un tríptico de los escenarios de películas por las provincias de Segovia, Burgos y Zamora.
Antonio Saura aprovechó para presentar a su padre como “un infatigable trabajador y una persona que invertía mucho esfuerzo en sus proyectos” y recordó que “no hacía más que dibujar o escribir y casi no dormía”.
Por su parte, García Montero afirmó que tiene una “significación especial” recibir el legado de un artista que conforma “buena parte de la educación sentimental” en el cine español del siglo XX. En ese sentido, reseño que “el magisterio de Saura y su prestigio internacional está ahí y, cuando pienso en él, me vienen las palabras de entendimiento y diálogo”.
El director del Cervantes subrayó que en sus películas siempre tuvo protagonismo la música, con especial atención al flamenco, demostrando que este género es “algo mucho mayor que una españolada”.
Tras la entrega del legado, tuvo lugar una mesa redonda en homenaje a Carlos Saura en la que participaron los directores de cine Paula Ortiz y Fernando Colomo, el presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, Fernando Méndez-Leite y Anna Saura y Eulàlia Ramón.
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