La caída de las ventas y el exceso de inventarios han provocado una crisis en el sector
MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
Los despidos en las plantillas de los proveedores europeos de componentes para automoción se duplicaron en el último año a medida que se acentuaba la desaceleración en el sector del automóvil por la caída de ventas y el exceso de inventarios de fabricantes y concesionarios, que presionan a empresas como la francesa Michelin o la alemana Bosch.
Al mismo tiempo, la creación de empleo se ha frenado de forma drástica, al registrar una pérdida neta de 58.000 puestos de trabajo en todo el sector en Europa desde 2020.
Solo en 2024 el desempleo entre las empresas del sector aumentó en 30.000 personas, más del doble de lo registrado en 2023, según desvela un análisis de la Asociación Europea de Proveedores de Automoción (Clepa, por sus siglas en inglés) para el diario británico ‘Financial Times’.
Y es que, mientras que las empresas de mayor tamaño han adelgazado sus plantillas, en parte, mediante el cierre de plantas, las más pequeñas se han visto obligadas a declararse en quiebra o en situaciones de insolvencia.
Según Clepa, los proveedores de componentes para automóviles emplean directamente a alrededor de 1,7 millones de personas en la Unión Europea.
La caída de la demanda de componentes se ha producido a raíz de la pandemia de la Covid-19, la guerra emprendida por Rusia en Ucrania y la consiguiente inflación generada, que han minado la competitividad de las industrias europeas en un momento en que los rivales chinos están presionando para aumentar su cuota de mercado en el Viejo Continente mediante una pronunciada ofensiva comercial de vehículos eléctricos con precios contenidos –frente a los fabricantes tradicionales– y altamente equipados.
A día de hoy, el coste relativamente elevado de los vehículos eléctricos y la reducción –supresión en algunos casos– de los subsidios para la compra de coches eléctricos en países como Alemania han limitado su adopción generalizada, lo que significa que las empresas que invierten en estas tecnologías han cosechado una demanda menor de la esperada.
Acorde al informe de Clepa, las pérdidas de empleos vinculadas a los motores de combustión desde 2020 superaron con creces a las creadas por la transición a la movilidad eléctrica.
En una señal de la desaceleración del mercado de vehículos eléctricos, en 2024 se perdieron 4.680 puestos de trabajo relacionados con proveedores de coches de baterías, más de los 4.450 creados, según Clepa.
Al tiempo, el sector sigue pendiente de la implementación de la normativa ‘CAFE’ que supone un reto para los proveedores ligados a los motores onvencionales.
Desde el 1 de enero se ha endurecido la regulación vinculada con las emisiones de dióxido de carbono, estableciendo que éstas bajarán a 93,6 gramos por kilómetro de los coches vendidos en los 27 países de la UE.
Asímismo, aquel fabricante que incumpla las exigencias en emisiones puede verse sancionado con hasta 95 euros por cada gramo excedido, lo que abre la puerta a multas milmillonarias contra las marcas automovilísticas que no consigan alcanzar los objetivos de ventas de vehículos ‘cero emisiones’ recogidos en el reglamento comunitario.
No obstante, el límite de emisiones se reducirá aún más en los próximos años, estableciéndose en 49,5 gramos de CO2 por kilómetro, con el ánimo de llegar a cero emisiones en 2035 e implementar así ‘de facto’ la prohibición de las ventas de vehículos de combustión de gasolina y diésel.
Si bien se espera que las ventas de vehículos eléctricos aumenten, los proveedores se están preparando para un período sostenido de menor crecimiento y, de hecho, algunas empresas ya han advertido de planes de reducción de empleo a largo plazo.
LOS CASOS DE FORVIA, MICHELIN Y BOSCH
La francesa Forvia anunció en febrero una supresión de 10.000 puestos de trabajo a nivel europeo antes de 2028. En noviembre, Michelin avanzó una reestructuración de dos de sus fábricas en Francia que afectará a 1.200 empleados ante un “exceso de capacidad estrcutural” por la competencia de bajo coste procedente de Asia.
Entre tanto, la alemana Bosch advirtió hace unas semanas de un plan de ajuste que pretende poner en marcha y que incluye el despido de 5.500 trabajadores en la división de movilidad del grupo, a medida que la débil demanda de vehículos eléctricos y la llegada de la competencia china acentúa la crisis del sector del automóvil en Europa.
Se estima que a finales de 2027 se supriman la mayor parte de todos los puestos previstos, unos 3.500, la mitad de ellos en Alemania, en las unidades de software para la conducción autónoma. En total hay más de 7.000 trabajadores involucrados en este asunto.
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