MADRID, 19 (SERVIMEDIA)
Las inundaciones y las sequías ocasionaron ocho millones de desplazamientos entre la población de diez de los países más afectados del mundo por estos fenómenos en 2023, un 120% más que en la década anterior, según informó Oxfam Intermón este jueves con motivo del Día Mundial de las Personas Refugiadas.
La organización señaló que en cinco de esos países los niveles de hambre severa casi se han triplicado en los últimos diez años e indicó que Somalia, China, Filipinas, Pakistán, Kenia, Etiopía, India, Brasil, Bangladesh y Malasia son los Estados que sufrieron el mayor número de desplazamientos por inundaciones y sequías.
Oxfam Intermón destacó que los desastres registrados por las inundaciones y las sequías en los diez países más afectados se han disparado, pasando de 24 en 2013 a 656 en 2023. Sólo en Somalia, hubo 223 fenómenos de este tipo por los dos de 2013; Filipinas sufrió 74 frente a los tres de hace una década; Brasil 79 frente a cuatro; y Malasia 127 frente a uno.
En todo el mundo, las inundaciones y las sequías obligaron a 3,4 millones de personas a abandonar sus hogares en 2023, una cifra equivalente a casi el conjunto de la población de Uruguay.
Ante esta situación, la coordinadora de Inseguridad Hídrica y Políticas Climáticas de Oxfam Intermón, Nuzhat Nueary, comentó que “la injusticia climática es flagrante” y denunció que “las personas más vulnerables son quienes están sufriendo sus mayores consecuencias, mientras los países ricos y contaminantes pretenden ayudar con medidas insuficientes que llegan con retraso”.
En Somalia, el continuo aumento de la temperatura (1,5°C, frente a 1°C en 1991) ha provocado sequías más frecuentes y prolongadas, a menudo seguidas de crecidas repentinas y ciclones. A pesar de representar menos del 0,03% de las emisiones mundiales de carbono, el país ha sufrido pérdidas por valor de miles de millones debido a las inundaciones y sequías recurrentes. Sólo la recuperación de las inundaciones del pasado diciembre se estimó en 230 millones de dólares.
En Bangladesh, la falta de previsibilidad de los ciclones y otras catástrofes relacionadas con el agua obligaron a más de 1,8 millones de personas a abandonar sus hogares en 2023. Además, causaron graves daños en infraestructuras como escuelas, mercados y otros servicios esenciales. Sin embargo, Bangladesh sólo es responsable del 0,56% de las emisiones mundiales de carbono.
Nuzhat Nueary subrayó que “los países ricos y contaminantes deben reducir sus emisiones y proporcionar una financiación adecuada a los países más afectados por la crisis climática para que puedan hacer frente a ella mejor y reconstruirse tras las crisis climáticas”.
También les conminó a “proporcionar fondos al nuevo régimen de pérdidas y daños”, lo que “no se trata de un gesto de cortesía, sino de una obligación que han de atender por los daños que han causado”.
A su juicio, “con la financiación adecuada, los países que sufren las peores consecuencias pueden desarrollar sistemas de alerta temprana y otras medidas para prepararse y mitigar los efectos del cambio climático, y pueden liberar recursos para invertir en protección social para ayudar a la población a hacer frente a la situación”.
Por último, comentó que “las comunidades locales en primera línea que se enfrentan a los peores efectos de la respuesta climática y los grupos más vulnerables” tienen que estar “en el centro de la toma de decisiones, la acción y la financiación en materia climática”.
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