MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
El 20% de jóvenes que inician tratamiento en Proyecto Hombre lo hacen por sus problemas con la cocaína y esta es, a su vez, la sustancia por la que más personas piden ayuda a la asociación a nivel nacional y lo hacen tras casi 15 años de consumo.
Así lo advirtió Pablo Llama, psicólogo en Proyecto Hombre, en una entrevista concedida a Servimedia coincidiendo con la conmemoración, el próximo miércoles 26 de junio, del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas.
El especialista explicó que, en el caso de los hombres, la “mayor” demanda de tratamiento se da por consumo de la cocaína, mientras que en el caso de las mujeres es el alcohol y en los jóvenes, el cannabis, al igual que ocurre con la demanda de orientación e información.
Por lo que respecta al perfil de persona que inicia tratamiento en Proyecto Hombre por cocaína, puntualizó que “no hay un perfil concreto” y que este “sería muy heterogéneo”, si bien subrayó que “el 90% de las personas son hombres y el 10%, mujeres”, con una edad media de 41 años.
Junto a ello, consideró “importante tener en cuenta” que estas personas tardan “más o menos entre 10 y 15 años en pedir ayuda”, dato, a su juicio, a “resaltar”, consciente de la importancia de “reducirlo”, para evitar que el usuario llegue a la organización “con una adicción bastante cronificada y con mucho sufrimiento pasado y mucho sufrimiento producido también al entorno”.
JÓVENES
Por lo que se refiere a los jóvenes, se refirió a los datos en la Comunidad de Madrid y explicó que en Proyecto Hombre Madrid el 20% de las demandas de tratamiento están relacionadas con cocaína, el 70% de ellas protagonizadas por chicos, si bien estimó que los datos serían extrapolables a otras provincias.
Asimismo, advirtió de que donde empiezan a consumir es “sobre todo en contextos recreativos, en ambientes festivos” y, además, alertó de que “es muy habitual también que se consuma de manera paralela o a la vez con el alcohol”. “De hecho, en muchos casos, aparte del problema con la cocaína hay un problema también de adicción o de abuso de alcohol en este sentido.
En cuanto a la intervención que se lleva a cabo con estas personas, Llama aseveró que lo primero que hacen los profesionales de Proyecto Hombre es “valorar la situación personal y contextual” de la persona para conocer “cuál es el alcance del problema” y, a partir de ahí, tras una “pequeña evaluación” tanto psicológica como psiquiátrica si es necesario, elaboran un plan de tratamiento.
“En un primer momento lo que se intenta es reducir un poco todo lo que tiene que ver con las conductas de riesgo, en este caso con el consumo de sustancias y, una vez que vamos consiguiendo la abstinencia, ir respondiendo a la pregunta de qué es lo que le ha ocurrido a esta persona para que pierda un poco el control de su vida y para que genere la adicción”, abundó.
ACOMPAÑAMIENTO DURANTE TODO EL PROCESO
En paralelo, juzgó importante el “acompañamiento” que realizan los profesionales “durante todo el proceso” que, advirtió, “normalmente no es sencillo y cambia de una persona a otra”. “En algunos casos suelen ser un poco más duraderos”, aseveró, para indicar que “no hay un tiempo concreto, sino que para cada persona se necesita un tiempo”.
“Pero estamos hablando de unos seis meses, hasta diez o doce en algunos casos, dependiendo un poco de la gravedad”, apostilló, consciente de, en todo caso, “depende mucho de las situaciones personales y no es una cosa rápida que se vaya a resolver con dos o tres sesiones o en uno o dos meses”.
En este punto, incidió en que “lleva un poquito más de tiempo porque hay que ir logrando un cambio sustancial en una serie de hábitos que, normalmente, están bastante instaurados”, además del necesario “procedimiento de entendimiento y de análisis” para averiguar “qué función está teniendo la adicción y ese tipo de comportamiento”.
Tras afirmar que la siguiente fase sería “poner en marcha una serie de herramientas para ir paliando un poco todas las consecuencias de esos hábitos”, reconoció que el “riesgo de recaídas” es “una cuestión que siempre está ahí” y que los profesionales “entienden que son parte del proceso” y “ayudan a que los cambios sean más estables” al tiempo que “hacen que seamos más conscientes de que el peligro sigue estando ahí”.
En este contexto, estimó que el “reto más importante” en el abordaje de las adicciones en España es “poner el foco sobre todo en la prevención y en las generaciones más jóvenes” para que “no prueben este tipo de sustancias y no normalicen su consumo y que aumente la percepción de riesgo”.
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