VATICANO, 12 (EUROPA PRESS)
El Vaticano ha dado su permiso para conservar una “mínima parte” de las cenizas del difunto en “un lugar significativo” de su historia, según se desprende de una respuesta del Dicasterio para la Doctrina de la Fe a dos preguntas del arzobispo de Bolonia, Matteo Zuppi, sobre el tema de los creyentes difuntos sometidos a cremación.
El cardenal Zuppi había preguntado si era posible conservarlos en lugares comunes similares a los osarios, y si una pequeña parte podía guardarse en un lugar significativo para el difunto, dos preguntas a las que el Vaticano ha respondido afirmativamente en un texto firmado por el cardenal prefecto, Víctor Fernández, y aprobado por el Papa el 9 de diciembre, según informa el portal oficial del Vaticano ‘Vatican News’.
En concreto, en la primera pregunta, Zuppi señalaba: “Teniendo en cuenta la prohibición canónica de dispersar las cenizas de un difunto –de modo similar a lo que sucede en los osarios–, ¿es posible establecer un lugar sagrado, definido y permanente, para la acumulación mixta y la conservación de las cenizas de los difuntos bautizados, indicando para cada una los datos personales?”.
El Dicasterio para la Doctrina de la Fe explica que será posible “disponer un lugar sagrado, definido y permanente, para la acumulación y conservación en común de las cenizas de los bautizados difuntos”, es decir, un cinerario comunitario donde sean reservadas las cenizas individuales, “indicando para cada uno los datos personales para no dispersar la memoria nominal”.
La segunda pregunta era: “¿Se puede permitir que una familia conserve parte de las cenizas de un familiar en un lugar significativo para la historia del difunto?”.
En este sentido, el dicasterio vaticano afirma que, excluyendo “cualquier tipo de malentendido panteísta, naturalista o nihilista”, en cumplimiento de las normas civiles, si las cenizas del difunto se conservan en un lugar sagrado, la autoridad eclesiástica “podrá considerar y valorar la petición de una familia de conservar debidamente una mínima parte de las cenizas de su pariente en un lugar significativo” para su historia.
El Dicasterio subraya la importancia de mantener una “actitud de sagrado respeto” hacia las cenizas y aclara que “la resurrección puede tener lugar incluso si el cuerpo ha sido totalmente destruido o dispersado” y que “esto ayuda a comprender por qué en muchos cinerarios las cenizas del difunto se conservan todas juntas, sin guardarlas en lugares separados”.
Según Vatican News, el cardenal Zuppi había presentado estas preguntas ante la “multiplicación de la elección de incinerar al difunto” y de dispersar las cenizas en la naturaleza, también para “no dejar prevalecer las razones económicas, sugeridas por el menor coste de la dispersión, y dar indicaciones sobre el destino de las cenizas, una vez vencidos los plazos para su conservación”, queriendo “corresponder no sólo a la petición de los familiares, sino sobre todo al anuncio cristiano de la resurrección de los cuerpos y del respeto que se les debe”.
En respuesta a una pregunta de los medios vaticanos, el Dicasterio ha explicado que la intervención y valoración de la autoridad eclesiástica no es sólo de carácter canónico, sino también pastoral, para ayudar a la familia a discernir qué opciones tomar, teniendo en cuenta todos los factores.
Dado que algunas legislaciones no permiten dividir las cenizas de los difuntos, el Dicasterio añadió que la segunda pregunta surgió de un diálogo entre obispos de distintos países al que dio voz el cardenal Zuppi, y consideró la posibilidad desde un punto de vista teológico y no civil.
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