La mayoría conservadora del TC podría frenar el desembarco en solitario de los dos aspirantes de Moncloa
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El Gobierno ha manifestado en numerosas ocasiones su intención de nombrar a sus dos candidatos al Tribunal Constitucional (TC) sin esperar a que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) designe a los otros dos que completan el tercio de cuatro magistrados pendiente de renovación. Si finalmente lo hace, abrirá un fuerte debate en el seno del TC, donde la mayoría conservadora podría impedir que los nominados por Moncloa tomen posesión de su cargo.
El presidente del TC, Pedro González-Trevijano; el vicepresidente, Juan Antonio Xiol; y los magistrados Antonio Narváez y Santiago Martínez-Vares vieron expirar su mandato el pasado 12 de junio. Los cuatro componen el tercio que la Constitución encarga renovar a Gobierno y CGPJ. En su día, González-Trevijano y Narváez fueron los dos propuestos por el Gobierno de Mariano Rajoy, mientras que Xiol y Martínez-Vares fueron los nominados por el Consejo.
En estos meses, el Ejecutivo ha fluctuado desde posiciones que, en un primer momento, contemplaban designar a sus dos candidatos para el TC, aunque el CGPJ no pudiera hacer lo mismo porque entonces la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) se lo impedía, hasta otras en las que abogaba por dar un tiempo prudencial al órgano de gobierno de los jueces para que, ya recuperada la capacidad legal para hacerlo, nominara a su dupla para el TC.
Las fuentes jurídicas consultadas por Europa Press explican que la cuestión clave es si esos cuatro magistrados pueden renovarse por partes –dos y dos– o si, de la interpretación literal de la Constitución, solo cabe deducir que debe reemplazarse el tercio completo. Una incógnita que, en caso de que Moncloa opte por avanzar sin el CGPJ, deberá despejar el Pleno del TC, ya que es quien debe dar el ‘placet’ a los seleccionados.
En un principio, fuentes de la corte de garantías veían difícil que los dos aspirantes del Ejecutivo superaran el filtro del Pleno sin los dos del CGPJ, porque –explicaban– el Consejo no podía cumplir con su función constitucional debido a la reforma de la LOPJ operada en marzo de 2021 que prohíbe al órgano hacer nombramientos discrecionales en la cúpula judicial mientras esté caducado, situación en la que lleva ya casi cuatro años.
Sin embargo, las mismas fuentes subrayan ahora que el escenario cambió el pasado julio, cuando PSOE y Unidas Podemos impulsaron la aprobación de una segunda reforma para que el Consejo recuperara su poder de cubrir vacantes en los altos tribunales, aunque solo para el Constitucional.
DOS TESIS OPUESTAS
Desde entonces, los vocales progresistas y conservadores negocian sus dos nombres con avances a cuentagotas. Los dos bloques se han comprometido a celebrar una primera votación el próximo 22 de diciembre, si bien fuentes del CGPJ avisan de que eso no garantiza que ese día haya fumata blanca. De momento, el único candidato formal es el magistrado del Tribunal Supremo (TS) José Manuel Bandrés por parte de la corriente progresista.
La ruptura de las conversaciones entre PSOE y PP para renovar el CGPJ puso a cero el contador de las negociaciones sobre el TC en el CGPJ. La ministra de Justicia, Pilar Llop, afirmó entonces que había que dar tiempo al Consejo para que llegara a un acuerdo. No obstante, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, insistió la semana pasada en que Moncloa nombrará “pronto” a sus candidatos.
Fuentes del TC consideran factible que los dos aspirantes del Gobierno tomen posesión por cuanto, exponen, una cosa es que no puedan ir los cuatro candidatos por impedimento legal –como ocurría antes de la segunda reforma del LOPJ– y otra que no pueda renovarse el Constitucional porque un órgano del Estado bloquea a otro, ya que –alegan– desde julio la renovación de la corte de garantías depende únicamente de la voluntad de los vocales del Consejo.
Además, recuerdan que ya hay un precedente histórico de constitución incompleta del TC. Los primeros magistrados del Constitucional se nombraron el 14 de febrero de 1980 y días después, el 25, tomaron posesión. Solo eran diez porque faltaban los dos del CGPJ y aún no se había constituido. El tribunal no quedó plenamente constituido hasta ese 12 de julio, pero hasta entonces funcionaron como un colegio de magistrados.
DE UNA MAYORÍA CONSERVADORA A OTRA PROGRESISTA
Frente a esta tesis, otras fuentes consultadas por Europa Press sostienen que la Constitución no permite más interpretación que la de que la renovación se haga con el tercio completo (los 4 magistrados), porque lo contrario supondría ‘de facto’ hacerlo por sextos (2 magistrados).
Así las cosas, la llave del Pleno la tendrá la actual mayoría conservadora del TC, de 6 a 5, ya que la plaza del magistrado Alfredo Montoya –que debe cubrir el Senado– sigue vacante.
Cabe recordar que, si el Gobierno finalmente decide nombrar por su cuenta, y logra el visto bueno del Pleno, la mayoría del Tribunal Constitucional cambiará porque González-Trevijano y Narváez, en su día postulados por el Ejecutivo de Rajoy, serían sustituidos por los dos que enviara el Gabinete de Sánchez, configurando una mayoría progresista de 7 a 4, a falta de los dos del CGPJ.
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