ROMA, 10 (EUROPA PRESS)
El Papa ha celebrado este martes una misa multitudinaria en la capital de Timor Oriental, Dili ante 600.000 personas -prácticamente la mitad de la población del país- en la que ha subrayado la importancia de hacerse pequeños y humildes para que Dios haga milagros.
En la explanada de Taci Tolu, en Dili, el Papa ha pedido “no tener miedo” de hacerse “pequeños ante Dios”, y ante los demás, “de perder la vida” y de “renunciar” al tiempo para revisar horarios, renunciando a algo para ayudar a un hermano o hermana a ser mejor y más feliz.
“No tengamos miedo de reducir nuestros planes cuando sea necesario, no para disminuirlos, sino para hacerlos aún más hermosos mediante el don de nosotros mismos y la aceptación de los demás, con toda la imprevisibilidad que ello conlleva”, ha dicho en una homilía pronunciada en español. A su juicio, la verdadera realeza se ve “en aquellos que dan su vida por amor”.
Tras visitar a niños con graves discapacidades y mantener un encuentro con los obispos, el clero y los religiosos de Timor Oriental a primera hora de la mañana, el Papa se ha referido al pasaje bíblico de Isaías: “Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado”.
Este pasaje, según ha señalado, representaba una época próspera para Jerusalén, pero también una época de “gran decadencia moral” en la que los ricos y acomodados “se dejaron seducir por sus riquezas y abandonaron a los pobres, lo que llevó a la infidelidad y a la pérdida de la religiosidad genuina”.
“Esta fachada engañosa de un mundo que a primera vista parece perfecto esconde una realidad mucho más oscura, miserable, dura y cruel. Una realidad en la que hay mucha necesidad de conversión, misericordia y curación”, ha dicho.
En este sentido, ha asegurado que por eso el profeta Isaías anunció un nuevo comienzo para el pueblo, “que Dios abrirá ante él: un futuro de esperanza y alegría, donde la opresión y la guerra serán desterradas para siempre” y liberará al pueblo “de las tinieblas del pecado que lo oprime.”
“Pero no lo hará con el poder de ejércitos, armas y riquezas, sino mediante el don de un hijo”, ha asegurado, señalando que en todas partes del mundo, el nacimiento de un niño es un momento de alegría y celebración.
Cuando nace un nuevo niño, tal y como ha asegurado el Papa, “incluso el más frío de los corazones se calienta y se llena de ternura; los desanimados vuelven a encontrar la esperanza, los abatidos vuelven a soñar y a creer en la posibilidad de una vida mejor”.
“A pesar de su pequeñez y fragilidad, un recién nacido lleva un mensaje de esperanza tan fuerte que conmueve incluso a las almas más endurecidas, devolviéndoles el deseo de armonía y serenidad”, ha destacado Francisco.
El Pontífice también ha elogiado el alto porcentaje de jóvenes en Timor Oriental, donde alrededor del 65 por ciento de la población tiene menos de 30 años: “Esto es un signo, ya que hacer sitio a los pequeños, acogerlos, cuidarlos y hacernos -todos nosotros- ‘pequeños’ ante Dios y ante los demás, son precisamente las actitudes que nos abren a la acción del Señor”.
El Gobierno de Timor Oriental ha concedido tres días libres en el trabajo y en los colegios para que sus habitantes puedan asistir a los diferentes encuentros con el Papa Francisco.
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