MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
El sistema electoral de Alemania entremezcla un doble sistema de votación que conjuga por un lado la designación de candidatos individuales y por otro un sistema de listas de reparto proporcional, dentro de un complejo equilibrio que, tras la última reforma, permite que el Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento, vuelva a tener un número fijo de escaños.
Los votantes alemanes tendrán una papeleta en la que, en una primera columna, deberán marcar a un único candidato vinculado a su circunscripción regional. Los aspirantes más votados obtendrán por lo general de manera directa el escaño, de tal manera que todos los territorios puedan estar representados en alguno de los 299 escaños reservados para este modelo.
El segundo voto, el de más peso en términos reales, va a parar a una lista presentada por los partidos. Mediante la conocida como regla de Sainte-Laguë, que al contrario que la Ley d’Hont no penaliza tanto a las formaciones minoritarias, se establece un reparto proporcional, si bien se establecen una serie de umbrales mínimos.
Para que un partido tenga derecho a entrar en el Bundestag, debe obtener al menos el 5 por ciento de los votos a nivel nacional o tres victorias directas, de tal manera que si cumple alguno de estos dos factores pueda obtener un grupo parlamentario.
REFORMA A MEDIAS
El Gobierno impulsó en 2023 una reforma con la que dar la vuelta al complejo sistema electoral alemán y que el Tribunal Constitucional anuló en parte a finales de julio, declarando ilegal una cláusula por la que los candidatos regionales elegidos de manera directa podían entrar en el Bundestag aunque no alcanzasen el umbral del 5 por ciento.
La corte sí dejó pasar, en cambio, la limitación del número máximo de escaños que puede tener la Cámara Baja, una reivindicación recurrente en términos de ahorro. Así, los designios de Alemania los marcarán en la próxima legislatura 630 diputados, pase lo que pase en los comicios del 23 de marzo y lejos, por tanto, de los más de 730 legisladores que han conformado el Bundestag en los últimos años.
Antes de la reforma, si un partido obtenía más mandatos directos de los que le correspondían en función de los resultados de segunda votación, se abría la puerta a escaños de compensación –en las anteriores elecciones, hubo un total de 138–. Además, los ganadores por circunscripciones sólo entrarán en el Bundestag si las listas de sus partidos obtienen un nivel de apoyo equivalente.
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